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DE
LA SANTISIMA
VIRGEN.
269
Dios, y María la rehusa si es incompatible con la virgini–
dad. Se podria decir que María quizá no hizo al pronto
bastante reflexion sobre la eminente y gloriosa dignidad
de madre de Dios,
y
no desechó las ofertas que se la
haciao , dice uno de sus mas zelosos siervos , sino por–
que no comprendió bien ·el punto sobre que era la
cuestion; pero sin hablar de los conocimientos que babia
bebido en la contemplacion
y
en la leccion dé los
l i bro~
santos,
el
Angel se babia explicado lo bastante p ara ser .
entendido; nada babia omitido de cuanto era capaz
hacerla asentir
á
la propuesta. El hijo que concebirás, la
dixo,
será grande: .Hic erit magnum;
es el hijo del A1 tís i-
1no, es el hijo de
Dios;
será reconocido por tal por toda
.la tierra:
Et filius A l tissimi vocabitur.
Le pondrás por
nombre Jesus, no solo porque es el que ha de sal–
var á su nacion, sino tambien porque ha de ser el Salva–
vador de todos los hombres. El Señor le hará sentar so–
bre el trono de su padre David , para
q.uereyne sobre
toda la casa de Jacob;
y
este rey no no se rá de una du–
racion limitada, como son los demas rey nos; será eter–
no, y no tendrá jamás fin:
Et r egni ejus non erit finis.
Des pues de una explicacion tan clara, ¿podía ignorar la
santí ima Vírgen las ventajas y prerogativas de la digni–
d ad que se la ofrecia? Sin embargo, nada de todo esto
la t ien ta ni la li onje'cr; lejos de dexarse prendar de unos
t ítu los tan magníficos
y
tan pomposos, los mira como in–
suficientes para resarcirla
y
consolarla dela pérdida 'que mi–
raba como inevitable de su castidad virginal. Si es posi–
ble que una muger sea juntamente madre
y
vírgen, nora–
buena; pero si es preciso renunciar una
ú
otra de estas
dos ventajas.,
y
el Señor me dexa á la libertad .de elegir,
vé, Angel sGtnto, lleva
á
ótra la corona que Dios me ofre–
ce· que yo soy vírgen, y lo quiero ser eternamente.
Vírgen san
tí
ima, exclama aquí san Anselmo, nada
hay que sea igual á vos,
y
nada que sea comparable con
vo ; pues todo lo que es, ó es sobre vos, ó ·es inferior
á
vos, ola Dios es sobre vos,
y
todo lo que no es
Dios;
es inferior
á
vos en dignidad, en santidad, en virtud y
en mérito :
Nihil tibi,
ó
Domina, tequale, nihil
compctt·a–
bile...
María es tal por razon de su dignidad de inadre
de Dios, dice san Buenaventura que el mismo Dios no