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DESPUES DE PENTECOSTES.
51
estancia de los bienaventurados, por no haber hecho el
bien que Dios esperaba de éllas ! ¡qué de acciones de pie–
dad omitidas! ¡qué de buen·as obrns dexadas por descuido!
¡qué de actos de virtud, qué de obligaciones de su estado
olvidadas! El padre de familias no quiere criados haraga–
nes: es verdad que recompensa á los que han llegado los
últimos, tan liberalmente á veces, como
á
los que traba–
jaron desde la primera hora; pero todos trabajaron, to–
dos por su fervor
y
su devocion se hicieron dignos del sa–
lario. La recompensa que he de dar, dice el Señor, está
conq1igo: he de dar á cada uno segun obras:
Merces mea
mecum est, reddere unicuique secundum opera sua
(
Apo–
ca!.
22.).
No se consigue la corona si no se ha peleado co–
mo se debia:
Non coronatur
,
nisi legitime certaverit.
(2.
Tim.
2.)
El evangelio es del capitulo
;.
de san Mateo.
In
illo
t<mpor
e dixit Je.rus
di.rcipulis .rui.r:
Ni.riabunda–
verit justitia vestra plus quam
scribarum et phari.rieorum, non
intrabitis in regnum
cadorum.
Audi.rti.r, quia dictum e.rt an–
tiqui.r, non occide.r; qui autem
occiderit, reu.r erit j udicio. Ego
autem dico 1nbis, quia omni.r,
qui ira.rcitur fratri .ruo, reus
erit judicio. Qui autem dixerit
fratri suo Raea, reus erit con–
cilio, Qui autem dixerit, Fatue;
reu.r erit gehennce igni.r. Si ergo
ojfers munus tuum ad a/tare·, et
ibi recordatu.r fuer is quia frater
tuus habet aliquid adversum te:
relinque ibi munus tuum ante
a/tare, et vade prius reconcilia–
ri fratri tuo; et tune veniens
offeres munus tuum.
En aquel tiempo dixo Jesus
á
sus
discípulos: Si vuestra justicia no
es
mas abundánte que la -de los es–
cribas y fariseos , no entraréis en
el reyno de los cielos. Habeis oí–
do que se dixo á
los ·antiguos:
no matarás : y el que matáre se–
rá reo de condenacion. Pues yo
os digo, que todo aquel que se
aira con su hermano, será reo de
condenacion: y el que diga á su
hermano
Raca
,
será reo de conci–
lio:
y
el que le diga
N ecio,
será
reo del fuego del infierno. Si ofre–
ces, pues -,
tu ofrenda en
el
al–
tar, y allí te acordares de que tu
hermano tiene algo contra ti, de–
xa allí delante del altar tu ofren–
da ,
y
ve primero
á
reconciliarte
con tu hermano; y despues
ven,
y
ofrece tu ofrenda.
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