DESPUES DE PENTECOSTES.
SS
P R O P O S I TO S.
1
La caridad el dia de hoy no solo está resfriada, pue–
de decirse que está apagada; con trabajo se encuentra aun
en los que componen una misma familia, ·i_se vió jamás
mas indiferencia, mas antipatía, menos caridad
1
Si esta
virtud consistiera en cumplimientos y en vanas ofertas
de servirse únos á ótros., no sería muy rara: ningun si–
glo mas cortés, mas atento, ni mas 'fecundo en cumpli–
mientos
y
en demostraciones exteriores de amistad que
el presente; pero se conoce el dia de hoy esta geri gon–
za : todo esto no ·es otra cosa que un comercio de ficcion
y
de hazañería, y cada uno se hace pago en la misma mo–
neda; pero en el fondo todo es simulacion
1
é
hipocresía:
Ten horror
á
un vicio tan general, y tan contrario al es–
píritu del cristianism.o: procura tener una verdadera cari–
dad
á
tus hermanos, sin exceptuar á ninguno,
y
dales se–
ñales de élla en toda ocasion. La verdadera caridad siem–
pre es efectiva. Una caridad estéril nunca fue caridad ver–
dadera.
2
Ten un corazon tierno
y
sensible
á
las miserias age–
nas: alégrate de la prosperidad del próximo,
y
siente
to–
das sus aflicciones: gusta de aliviarle en su miseria. Nun–
ca hables mal de nadie. Propon firmemente excusar hasta
los menores defectos. Un corazon verdaderamente cristia–
no no se para en la diferencia de condiciones cuando se tra–
ta de hacer algun bien ó servicio al próximo. ¡Cosa ex–
traña! Se ven personas que van
á
servir
á
los pobres en
los hospitales,
y
creerian deshbnrarse si fuesen
á
visitar
á
un
p~ríente
pobre: Donde
hay
aceptacion de personas no
hay
caridad: ten una éaridad tierna ·y compasiva con tus
criados; considera que son hermanos tuyos. Extiende este
amor bienhechor á todas las personas afligidas,
y
en par–
ticular
á
los parientes pobres,
ó á
los pobres vergonzantes,
y
á
los pobres de la cárcel.