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DESPUES DE PENTECOSTES.

175

al mismo tiempo da por los méritos de la sangre de Je–

sucristo todos los auxilios necesarios para executarlo.

De todo esto saca san Pablo , que los ministerios de

la

nueva ley,

y

por consiguiente los ministros , son infini–

tamente sobre los de la ley antigua:

Quod si ministratio

mortis,

dice el Santo,

litteris def(Jrmata in lapidibus, fuit

in gloria;

y si lo que estaba escrito en unas piedras, sien–

do un ministerio de muerte, estuvo no obstante tan lleno

de gloria , que los hijos de Israel no podian fixar los ojos

sobre la cara de Moysés,

á

causa de la claridad de su

rostro, la cual sin embargo debia pasar y disiparse :

Quce

evacuatur;

i

Cómo no será mas glorioso el ministerio del

espíritu? En efecto , si un ministerio que condena es en

cierto modo glorioso , con mucha mas razon debe estar

lleno de gloria el ministerio que justifica. Escribía san Pa–

blo

á

unos recien convertidos ,

á

quienes unos falsos her–

manos obstinadamente adictos al judaísmo querían sujetar

á

todas las ceremonias legales; para esto exaltaban infi–

nitamente el ministerio de Moysés, de quien se habia ser–

vido Dios para dar la antigua ley ; y envilecían el mi–

nisterio del santo Apóstol, como muy inferior al de aquel

primer legislador;

é

inspirándoles un gran menosprecio

del ministerio dé la nueva ley, hacian desprecio de la

misma ley. El santo Apóstol prueba por la excelencia de

esta ley la dignidad del ministro; y por la comparacion

que hace de la ley nueva con la antigua , le inspira la

estimacion, el respeto, y la justa idea que se debe te–

ner de los ministros de entrambas. Si la ley de Jesucris–

to es tan superior en santidad, en dignidad,

y

en excelen–

cia

á

la ley antigua,

i

cuánto mas respetables serán los

ministros de Jesucristo , que los ministros del antiguo

Testamento~

Porque un ministerio que da el Espíritu san–

to y la verdadera justicfa ,

y

que no ha de tener jamás

fin , como es el de Jesucristo , es sin duda mucho mas

glorioso que un ministerio de servidumbre, de condena–

cion

y

de muerte,

y

cuya duracion era tan limitada, co–

mo fue el de la antigua alianza ;

y

si Ja gloria de éste

fue tan resplandeciente, que llegó

á

deslumbrar la vista

de los que miraban á Moysés cuando se presentó en el

c~ll!Pº

;

i

cuál debe ser el

resp~andor

del ministerio todo

d1vmo de la

ley

nueva

á

los

OJOS

de los fieles?