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VIE~NES

SEGUNDO

mente de quienes hablaba Jesucristo): sereis privados de

la luz del evangelio, la que será llevada á los gentiles, que–

dando la sinagoga enteramente destruida. Estos bienes es–

pirituales que yo tenia intendon de derramar sobre vos–

otros, serán transportados

á

ótros mas agradecidos y

ma~

fiel~s.

Finalmente, al acabar el Salvador este importante ra–

zonamiento;

le~

dixo con un tono de maestro : Sabed, que el

que cayere sobre esta piedra, se estrellará; quiere decir, que

los que continuaren en menospreciarme,

y

rehusaren reco–

nocerme por lo que soy; esos espíritus incrédulos y orgu–

llosos, para quienes mi cruz será un escándalo , y mi doc–

trina una necedad; esos hombres que no tendrán otro espí–

ritu que el del mundo, y que gritarán contra mí en su ce–

guedad ,

se

estrellarán y se perderán , serán reprobados; y

esta misma piedra molerá á aquéllos sobre quienes caerá;

es á saber, en el juicio final, cuando mi brazo omnipoten–

:t~

descargará sus ·gol

p~s

:sobre todos los pecadores , y les

hará senrü todo el

peso

de mi indignacion y de mi enojo.

·No son solo los judíos con quienes habla esta parábola: no

-hay uno de nosofros que no pueda hallar en élla un fondo

de instrutciones saludables, y un motivo de

~onfusion.

To-

.dos nosotros tenemos una viña, por decirlo as¡í ' que culti–

var; esta es nuestra alma. Dios la ha puesto por el bautis–

mo en estado de llevar mucho fruto con el tiempo: ¡cuán–

tos socorros en los sacramentos, en los exercicios de devo–

cion, en la oracion

!

Jamás nos han faltado las instruccio–

nes. Dios no se ha olvidado de enviarnos sus criados:¡ cuán–

tos·ze1osos predicadores! ¡cuántos sabios y santos directo–

res!

j

cuántas inspiraciones vivas

y

fúertes

!

i

cuántas leccio–

nes saludables en los libros devotos y en los buenos exem·

plos ! Todo esto se ha despreciado y se ha hecho inútil úni–

camente por nuestra .malicia. El mismo Jesucristo ha veni–

do realmenteá nosotros en

la

Eucaristía; ipero ha sido mas

bien recibido que lo fue de los judíos?

i

Por cuántas comu–

niones sacrílegas no ha visto renovar en este adorable sa:–

cramento los oprobios de. su pasion

y

las ign-ominias de su

muerte? Temamos que cansado Dios de sufrir nuestras in–

fidelidades, y justamente irritado contra nosotros, nos re–

pruebe, y dé

á

ótros mas agradecidos y mas fieles la re–

compensa y los bienes espirituales que babia destinado

para nosotros.

.