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DE CUARESMA.

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Jesucristo cuando lo sacaron fuera de Jerusalen para cru–

cificarlo: la analogía en esta parte no puede ser mas per–

fecta. Finalmente, la sentencia dada por los mismos

ju–

díos

ha

sido executada en la reprobacion de los judíos,

y

en la vocacion de los gentiles. ¡Qué equitativo es Dios

en sus juicios , pues fuerza

á

sus enemigos á hacerse jus

4

ticia,

y

á

pronunciar éllos mismos la sentencia de su con–

denacion

!

Su conciencia les hacia conocer con demasfada

evidencia, que toda esta parábola hablaba con éllos;

y

así añadieron, dice san Lucas , esta_plegaria ,

absit

:

no

quiera Dios que esto nos suceda á nosotros: Dios nos guar-·

de de semejante desgracia. Sin embargo, el Salvador, que

aunque les echaba en cara

su

delite>, no dexaba de

de–

sear sinceramente su conversion, los hizo acordar de un

pasage 'de la Escritura, que venia admirablemen te á s111

asunto; y es aquel en que el Profeta, representándonos

la

Iglesia baxo

la

figura C;le un gran

pl¡lla~io

que eqificó Di0s

.con sus propias manos, dice

que

la piedra que desecha–

ron los que edificaban, es la que

ha

-servido para formar

la punta del áng.ulo que une todo el edificio; como si di–

xera el Salvador: vosotros me habeis _desechado por

in–

útil , habeis menospreciado mi perso·na

y .

mi doctrina .;

pero el ·Señor se burlará de vuestra mala eleccion , sa–

brá ponerme .en el ángulo del edificio , donde seré la pie–

dra de union, que juntará úoa con ótra las dos paredes;

esto es ', el judío

y

el gentil en una misma ley, como dice

san Pablo, la sinagoga y la Iglesia. Esta piedra angular

es Jesucristo, fundamento incontrastable de la Iglesia.

Los arquitect9s que la @.esecharon son los escribas y fa–

riseos que impidieron

á

los judíos el que establecieran su

fe

y

su confianza sobre el Mesías.

La aplicacion de todo este discurso eta fácil ; pero

aquéllos doctores de la ley eran demasiado soberbios par.a

cond~narse

á

n:i

mos.

Y

así Jesucristo se vió obligado

á

decirles en términos formales: Vosotros sois

con

quieyies

habla todo este discurso :

y

yo os digo, que

en

castigo del

desprecio que haceis de los favores del cielo, os será qui–

tado el reyno de Dios que hasta aquí ha estado entre vos–

otros : vuestra ley y vuestro sacerdocio serán abolidos

y

vosotros no tendreis parte alguna en los bienes de

l~

le~

de gracia (los fariseos

y

sacerdotes eran .principal-