![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0083.jpg)
DE CUARESMA.
73
Jesucristo cuando lo sacaron fuera de Jerusalen para cru–
cificarlo: la analogía en esta parte no puede ser mas per–
fecta. Finalmente, la sentencia dada por los mismos
ju–
díos
ha
sido executada en la reprobacion de los judíos,
y
en la vocacion de los gentiles. ¡Qué equitativo es Dios
en sus juicios , pues fuerza
á
sus enemigos á hacerse jus
4
ticia,
y
á
pronunciar éllos mismos la sentencia de su con–
denacion
!
Su conciencia les hacia conocer con demasfada
evidencia, que toda esta parábola hablaba con éllos;
y
así añadieron, dice san Lucas , esta_plegaria ,
absit
:
no
quiera Dios que esto nos suceda á nosotros: Dios nos guar-·
de de semejante desgracia. Sin embargo, el Salvador, que
aunque les echaba en cara
su
delite>, no dexaba de
de–
sear sinceramente su conversion, los hizo acordar de un
pasage 'de la Escritura, que venia admirablemen te á s111
asunto; y es aquel en que el Profeta, representándonos
la
Iglesia baxo
la
figura C;le un gran
pl¡lla~io
que eqificó Di0s
.con sus propias manos, dice
que
la piedra que desecha–
ron los que edificaban, es la que
ha
-servido para formar
la punta del áng.ulo que une todo el edificio; como si di–
xera el Salvador: vosotros me habeis _desechado por
in–
útil , habeis menospreciado mi perso·na
y .
mi doctrina .;
pero el ·Señor se burlará de vuestra mala eleccion , sa–
brá ponerme .en el ángulo del edificio , donde seré la pie–
dra de union, que juntará úoa con ótra las dos paredes;
esto es ', el judío
y
el gentil en una misma ley, como dice
san Pablo, la sinagoga y la Iglesia. Esta piedra angular
es Jesucristo, fundamento incontrastable de la Iglesia.
Los arquitect9s que la @.esecharon son los escribas y fa–
riseos que impidieron
á
los judíos el que establecieran su
fe
y
su confianza sobre el Mesías.
La aplicacion de todo este discurso eta fácil ; pero
aquéllos doctores de la ley eran demasiado soberbios par.a
cond~narse
á
sí
n:i
mos.
Y
así Jesucristo se vió obligado
á
decirles en términos formales: Vosotros sois
con
quieyies
habla todo este discurso :
y
yo os digo, que
en
castigo del
desprecio que haceis de los favores del cielo, os será qui–
tado el reyno de Dios que hasta aquí ha estado entre vos–
otros : vuestra ley y vuestro sacerdocio serán abolidos
y
vosotros no tendreis parte alguna en los bienes de
l~
le~
de gracia (los fariseos
y
sacerdotes eran .principal-