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DE CUARESMA.
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JUEVES
TERCERO
DE CUARESMA,
que se llama 1nitad de Cuaresma.
Este
dia se ha mirado siempre entre los griegos
y
lati–
nos como el centro
ó
el n)edio de la Cuaresma, por cuyo
motivo lo llamamos
mitad de Cuaresma,
como que es el
vigésimo de los cuarenta ayunos despues del miércoles de
Ceniza,
y
el último de la primera mitad. Los griegos le
dan el nombre de
Mesonestima,
que quiere decir el me–
dio de los ay_unos • por ,ser entre éllos este dia el primero
de la segunda mitad. Ellos erigieron su Mesonestima en
fiesta solemne : se ignora el misterio,
y
el motivo para
ello. Lo latinos no han pensado,
á
la verdad, en hacer un
dia de fiesta el jueves de la media Cuaresma; pero no ha
faltado quien ha intentado hacer de él,
á
lo menos, un
dia privilegiado
y
dispensable del ayuno; pero la Iglesia
ha condenado siempre esta licencia,
y
ha reformado siem–
pre este abuso. Parece que esta buena madre, siempre
atenta
á
las necesidades espirituales,
y
tambien
á
las cor–
porales de sus hijos, viéndolos llegar hoy al medio de la
peno a carrera del ayuno, procura con su oficio alcanzar-
1
del cielo nuevos socorros,
y
una nueva proteccion del
Señor para que los conserve robustos hasta el fin del ayu–
no. El introito de la misa, la oracion del dia, la estacion
y
el evangelio, todo parece dirigirse
á
este intento, y la
mayor prueba es la memoria particula1· que se hace de
san Co, me y san Damian en la oracion del dia.
L a mi a comienza por estas palabras tan dignas de
consuelo:
S a!us populi
ego
sum,
dicit Dominus, &c.
Yo
soy
la salud del pu blo, dice el Señor; en cualquiera afiic–
cion que se halJ , lo oiré luego que me in oque, y seré
eternamen e su eñor. Dio es nue tra salud: en vano la
bu -e dam - en otra parte : la vida, la alud y todo los
bienes que podemos de ear,
se
encuentran en olo Dios:
él es la fuente de todo bien: ¡qué locura esperarlos de