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DE · CUARESMA• .
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que el perdon que espero me concedais,
por
mas graves.
é
innumerables que sean mis pecados.
Es
cosa bien clara,
que_lo que obligó
á
todos los profetas,
y
~particularmente
á
David en sus salmos,
á
admirar ·y ensalzar
á
toda ho–
ra con unos términos que parecen de entusias,mo la mise -
ricordia de Dios sobre todos los demas atribtJtós, es .el ha–
berse dignado .hacerse hombre para redimir al hbmbre con
su muerte de cruz: En efecto, la ·encaraacion
.y
la reden–
'cion son unos misterios
incomprensibles~
y muy propios
para excitar nuestra confianza y ·nuestro arrepentimiento.
Por lo que mira
á
la epístola, de que ·se compuso el nue–
vo oficio de este d0mingo, n.o
-se
tuvo por -necesario repe–
tir la del oficio ·del sábado antecedente; per9 se tomó un
asunto muy semejante
de.
entre las· instrucciones que san ·
Pablo da
á
los de
Tes.aló~ica
'en la misma carta, para en–
señar
á
los fieles
á
vivir santamente en el mundo, y ade–
l~ntarse
en los caminos de la perfeccion:
Os 1·ogamos,
di..;
ce el Apóstol,
y
os conjuramos en el
1
nombre de Jesucristo,
á
r¡ue
andei~
sin cesar
y
sin desma_faf
u~· pun~o
por los ca-,
nnnos de Dios
,
observando sus mandartnerttos
,
1
y
agradán–
dote continuamente, como os lo liemos· ·efiseñado.
No os bas–
ta haber empezado tan bien; es necesario qwe persevereis
y os adelanteis cada dia mas
y
mas. No ignorais los pre–
ceptos que os he dado de parte de Dios,'y lo que Dios es–
pera de vuestra fidelidad.:
La volUtJ.,tad 'de
Dios.esque seais
'santos.
¡'Qué verdad de
mayo~
corlsucl0·, y nías propia pa–
ra animar vuestro zelo y el deseo de v11estra perfeccion!
Nada desea Dios mas sinceramente que vuestra salvacion:
no hc+Y uno entre· vosotros a .quien no llame Dios
á
la san–
tidad. Esto fue lo.qNe
s~
propuso cuando 0s llamó
ksu
ser–
v.icio.: por esto e-1
1
Salvador"diV-ino
e~horta
en tantas partes
á
todos los cristiafibs
á
que vivan :de una manera tan pura,
tan santa, tan irreprensible; en una ' palabra, de .un mo.
do digno .de su vocacion:
abs_ten'é_os de toda impureza.
La
menor falta contra·esta delkadá' virtud :mancha el alma., y
la hace horril:íle
á
los ojos
d~
.IDios. Acordáos,
contiim.ua, que
vuestro$ cuerpos
·son'ternplos ~d;el
Espíritu santo;
no;ltj_s
pro–
fanels
coh
la
mas ligera mancha. Un tuistiano . debe tener
una especie
·de
respeto
y
veneradon
a
su cuerpo por ser
tnie
1
mbrO:. dé'
J~sucristo.
i
No'
.sabeis~
·dice el mismo Apóstol
á 'los córiiitiós (
í'l Cor.
6-.);que
vu~stros
cuerpos son miem·
Az