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VIERNES SEGUNDO
dones! Todos esos grandes santos, á quienes nos parece–
mos tan poco,
i
fueron cuerdos en no haber sido tan ti–
bios, tan imperfectos como nosotros? iSomos nosotros
cuerdos en no ser tan devotos, tan humildes, tan morti–
ficados como ellos?
i
Osaríamos decir que hicieron dema–
siado para ser santos? ·iosaríamos pensar que nosotros ha–
cemos bastante para merecer la misma recompensa? No
podemos negar que llevamos un camino muy ,diferente
que ellos;
i
y
creernos llegar al mismo término?
Y.sirrnes–
tro destino es tan diferente del suyo, como nuestra vida
lo es de la de estos grandes modelos,
i
adónde vendre–
mos á parar?
i
qué será de nosotros? Pasa á lo menos un
cuarto de hora hoy ó mariana en meditar estas verdades
prácticas; rumia despacio estas importantes ·reflexiones.
No te contentes con confesar fríamente, como hacen tan–
tas gentes, que no haces nada por tu sal vacion, que los
negocios temporales ·absorven todo tu tiempo y todos tus
cuidados, que no te ocupas sino en bagatelas. Todo esto
es verdad; esta confesio.n está fundada en razon:
i
pero
de qué te servirá si no es seguida de
la
mudanza de con–
ducta? Reforma tus costumbres, doma tus pasiones, pon
en práctica estas instruccipnes, y empieza desde este dia
á
tener una vida mas cristiana.
SÁBADO
SEGUNDO DE CUARESMA.
La parábola .del evangelio
de
este dia tiene demasiada
correspondencia con la historia que se cuenta en la epís–
tola, para no ver que la intencion de la Iglesia en esta
leccion es /acerno's celebrar
en
este día no solo la vo–
cacion de los gentiles á la fe, sino tambien su preferen–
cia sobre los judíos, desde que este púeblo colmado de
bie–
nes se hizo indigno, por decirlo as í , del derecho de la pri–
mogenitura : este es el sentido alegórico, así de la
pa–
rábola del hijo Pródigo, como de
la
historia de
J
acob y
de
Esaú. En la úna
y
en la. ótra
se
ve la misericordia
de