SÁBADO CUARTO
vador les decia; pero por mas que sus palaoras salian de
su boca llenas de uncion
y
de gracia, no podia hacerles
tomar gusto á las verdades eternas, porque lo que busca–
ban no era aprovecharse ·de su doctrina, sino criticarla.
i
Tú
das testimonio de ti mismo? le dixeron:
i
Se te de–
·be creer sobre tu palabra? Aunque yo d'Oy testimonio de
mí mismo, respondió Jesus, mi testimonio es legítimo, y
debe ser recibido: Yo me conozco, y no puedo dexar de
conocerme: sé de dónde he venido, y adónde voy; pero
vosotros ni sabeis de dónde vengo, ni adónde
v0..y.
Y así
no puedo yo esperar un testimonio legítimo de
1
quián soy;
de vosotros, que ni me conoq:is, hi tampoco
1
queféis
1
co.1
nocerme. Solamente yo,
y
mi
~adre,
.que me ha
enviado~
podemos dar este testimonio seguro é infalible. Yo os prue–
bo mi mision con mis acciones, con
mi
doctrina, con mis
milagros; y vosotros no quereis-creerme: mi Paere laaprue.–
ba con las profecías y con las santas
Escrituras;~
V;osbtros
no queréis hacer la debida aplioacion de estos
irrefragable~
testimonios. No juzgais de mí sino segun
elhombf~cexte
rior; y así no podeis imaginaros que yo sea de ' una:con–
dicion superior
á
lo que pal!ezco. iComo sit dixera, dicen
los padres, la falsa idea que os habeisrforma<la.del
Me~ías,
que debe ser vuestro Salvador, hace·que1l{l
'-©.:bs.c111dd'a<;l
de
mi nacimiento y la humildad de mi \;'ida, se.a·n para .vosr
otros un motivo de escándalo. Si os digo qué soy ,Dibs
é
Hijo de Dios, recibís esta verdad como una ·bla.sfemia: si
confirmo
fa
verdad de mis palabras con milagros , 1:decis
que los hago en nol'nbre de .Beelzebub·: en lo que se ve que
vuestra pasion os ciega, y que vuestras 'pr<tocupa-ciones
os impiden al ver la luz, y rendiros á la verdad. Ya,sea
que
yo juzgue de los ótros,
ó
que dé tes'tirponio de mí mismó,
mis juicios no pueden menos de ser justos, .cor:no que vie–
nen de una sabiduría
y
de un cc,rnocimiento que no pue–
den engañarse; fuera de que yo no jmzgo jamás
solo,
sino
siempre con mi Padre, que me envió para que viva entre
vosotros, para que os instruya
y
os salve. Ciertamente que
mi palabra apoyada de su autoridad merece bien ser creí–
da ; pues segun vuestra ley , el testimonio de dos personas
debe .reputarse por verdadero.,
y
ser creido.
··En
ninguna oti'a ocasion hicieron los fariseos
parec~r
ma-S
fvisi~edlente
.que
en
éstá su .espíritu falaz
y
disimur