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DE CUARESMA.
3r3
oye
de su boca.
Se mueve, se persuade, se convierte cuando
se
predica, no meno con los exemplos, que con las. pala–
bras. Un zelo que se exalta todo en palabras, pace poco
fruto. Je ucri to empezó á hacer antes de enseñar.
Crepit
J esLtS facere,
et
docere.
~Este
ex.emplo.
es
por ventura
muy seguido? El Salvador echaba en cara
á
los far iseos,
que ligaban fardos pesados,
y
que no se podían llevar,
y q:ue los ponían sobre los hombros de los 6tros , al paso
que éllos no querían ni aun moverlos con el dedo. Si
e
tos
doctores inmortificados de la ley empezasen practicando
en sí mi mos la moral severa de que hacen ostentacion , hay
motivos para creer que serían menos rígidos. ¡Qué compa–
sion! Se pretende darse á conocer
y
adquirir fama por una
rídicu la reputacion de severidad y reforma.
i
Por qué no
comienzan por sí mismos? Reformen ese orgullo secreto,
que e el grande móvil, y el principal resorte de la ma–
yor par te de us acciones: e e refinamiento de sensualidad
con que buscan todas la comodidades de la vida, aun
u nd o parece que huyen de éllas. Reformen esa mal igni–
d ad en el pen. a r, qu
hace juzgt.Jen
tan
m
l
del próximo.
Reformen e e fondo inaf!:otab le de env-idia, que se de ata
á todo pa o en injuria , en murm raciones, en calumnias.
El
zelo encuentra un gran campo que de mont r en nos–
otro mi mo .
i
para qué al uilars á lo ótro , cuando fal–
t
n obr ro para el cul tivo de su propio campo? En ver–
d ad qu
l ca ridad nunca daña al que la exercita. Seamos
sancos: mue tren nue tras acciones qae somos siervos
de
Dio : juzgue e l pueblo por nuestra conducta que omos
uno v ron
e Dio ;
y
á buen seguro que nues tra lecciones
y
nue era
in trucciones erán eficaces: no e puede creer
qu
la
palabra del
ñor ea verdader en la boca· de un
hombre que la de mi nte por u conducta. Se mira
iem ·
pre ante de e uchar .
z
Qué fruto no haria un padre, una
ma
red
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exemplo fuer n todo otra tantas
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