![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0288.jpg)
~7'°'B
MIÉRCOLES CUARTO
pudiese ni aun pensar que fuese ótro. Él mismo no se
escondía para decirles -que él ,era el que mendigaba ,
y
á quien éllos mismos habían dado tantas veces limos–
na. En fin , fue preciso creerle. El milagro hizo gran
r~ido
,
y
no habia quien no quisiese ver por sí mismo
y
hablar á un hombre, que habiendo nacido ciego, veía
·como los
~emas.
Continua1nente le hacial!l' repetir cómo
babia sucedido esto. El les decia
~
Aquel hombre, que se
llama Jesus., 'me ha dado con lodo en los ojos,
y
me
ha
dicho que fuese á lavarme á la piscina de Siloe : he hecho
lo que me ha mandado: he ido ., me he lavado ,
y
veo.
Un milagro tan grande, tan incontestable.
y
tan
pú–
b1
ico, lejos de convertir
á
los enemigos del Salvador,
los irritó tan furiosamente, que casi estuviéron resueltos
á de hacerse del que era una prueba tan patente de su
maligna incredulidad. Pregúntanle dónde estaba Jesus:
Nada sé de él • les responde. Llevanlo á Jos fariseos,
quienes le preguntan 'Cómo babia visto ;
y
él les repite
lo mismo que había dicho á los ótros: Ac;iuel hombre, que
'Se llama Jesus, me ha dado con lodo en los ojos, me he
lavado,
y
veo.
i
No te ha curado, añaden, en sábado?
No tiene duda , responde el ciego de nacimiento ; pero
·él me ha 'curado. Ese hombre no puede ser cosa de Uios,
,gritáron algunos del congreso , pues no guarda 'el sábado.
,i
Y cómo 11n hombre pecador,, <lecian los 'Ótros -., puede
hacer un ' milagro tan ,grande ? Habiéndose dividido los
espíritus , y encendiéndose una gran dispULa
~
acordáron
'Se preguntase al que babia 'Sido 'Curado, qué era lo que
pensaba del que ·le babia dado vista.
Y
o , respondió in–
trépido yo no dudo que sea un hombre enviado de Dios,
y
nn gran profeta. Esta respuesta los irrit6 , 'Se
~arremoli
naron -contra él, lo trataron .de embustero
y
de un postor,
y
no quisieron ·creer que hubiese nacido 'Ciego. Cuando
por envidia
y
por rencor no 'Se ,quiete reconocer el méri–
to de una accion, 'Se niega lo hecho. Acababan los fari–
.seos de imputar á delito á Jesucristo el '<}Ue en sábado
habia curado á un
ciego~
y
he aqui que contestan la ver–
dad de esta curacion milagrosa. ¡Oh,
y
cómo estas varia–
ciones descubren clarament e ·el espíritu de ,error,
y
la
malignidad de la pasion que domina! Pocos hechos hay mas
notorios, ni que tuviesen mas testigos que éste; sin em-