Table of Contents Table of Contents
Previous Page  288 / 356 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 288 / 356 Next Page
Page Background

~7'°'B

MIÉRCOLES CUARTO

pudiese ni aun pensar que fuese ótro. Él mismo no se

escondía para decirles -que él ,era el que mendigaba ,

y

á quien éllos mismos habían dado tantas veces limos–

na. En fin , fue preciso creerle. El milagro hizo gran

r~ido

,

y

no habia quien no quisiese ver por sí mismo

y

hablar á un hombre, que habiendo nacido ciego, veía

·como los

~emas.

Continua1nente le hacial!l' repetir cómo

babia sucedido esto. El les decia

~

Aquel hombre, que se

llama Jesus., 'me ha dado con lodo en los ojos,

y

me

ha

dicho que fuese á lavarme á la piscina de Siloe : he hecho

lo que me ha mandado: he ido ., me he lavado ,

y

veo.

Un milagro tan grande, tan incontestable.

y

tan

pú–

b1

ico, lejos de convertir

á

los enemigos del Salvador,

los irritó tan furiosamente, que casi estuviéron resueltos

á de hacerse del que era una prueba tan patente de su

maligna incredulidad. Pregúntanle dónde estaba Jesus:

Nada sé de él • les responde. Llevanlo á Jos fariseos,

quienes le preguntan 'Cómo babia visto ;

y

él les repite

lo mismo que había dicho á los ótros: Ac;iuel hombre, que

'Se llama Jesus, me ha dado con lodo en los ojos, me he

lavado,

y

veo.

i

No te ha curado, añaden, en sábado?

No tiene duda , responde el ciego de nacimiento ; pero

·él me ha 'curado. Ese hombre no puede ser cosa de Uios,

,gritáron algunos del congreso , pues no guarda 'el sábado.

,i

Y cómo 11n hombre pecador,, <lecian los 'Ótros -., puede

hacer un ' milagro tan ,grande ? Habiéndose dividido los

espíritus , y encendiéndose una gran dispULa

~

acordáron

'Se preguntase al que babia 'Sido 'Curado, qué era lo que

pensaba del que ·le babia dado vista.

Y

o , respondió in–

trépido yo no dudo que sea un hombre enviado de Dios,

y

nn gran profeta. Esta respuesta los irrit6 , 'Se

~arremoli­

naron -contra él, lo trataron .de embustero

y

de un postor,

y

no quisieron ·creer que hubiese nacido 'Ciego. Cuando

por envidia

y

por rencor no 'Se ,quiete reconocer el méri–

to de una accion, 'Se niega lo hecho. Acababan los fari–

.seos de imputar á delito á Jesucristo el '<}Ue en sábado

habia curado á un

ciego~

y

he aqui que contestan la ver–

dad de esta curacion milagrosa. ¡Oh,

y

cómo estas varia–

ciones descubren clarament e ·el espíritu de ,error,

y

la

malignidad de la pasion que domina! Pocos hechos hay mas

notorios, ni que tuviesen mas testigos que éste; sin em-