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DE CUARESMA.
feliz de aquel que no trabaja mi~ntras es de di a. c;omo
aquel día era sábado , paret~ que el Salvador quería pre–
parar el espíritu de sus apóstoles por este ·preámbulo pa–
r a el milagro que queria hacer; como si hubiera dicho:
Au nque hoy es sábado, y preveo qwe mi enem igos ~e
escandalizarán de lo que vo -¡.¡ á hacer ; sin emba rgo , ño
.debo dilatar el dar vista á ciego, po rque n;ii Padre
será glorifi cado, y este-milagro servir~ para ·adelan t.<¡.r mi
obra. Dicho esto , escupió en tierra ,- h izo lodo con la sa~
Ji va , con el cual fl otó los ojos al ciego : remedio natu–
ral.rne~te mas propio para hacer ciegos, que para cu rar–
los, ruc n .los pa dre ~. Solo el que puqo for mar el hom–
bré de un poco de ba rro, hacen servir ei barro pa~
rala curacion de un ; ciego de nacimiento. Luego que Je–
sus le dtó con el lodo en los ojos, le dixo : Vé á los ba–
ños de Siloe, y lávate allí. E tos baños eran de las aguas
.de una fuente que corria por la fol da del monte Sion al
pie de los mu ros de Jerusalen. Como el nombre de Siloe
'significa enviado, que es uno de los nombres que ·da la. Es–
critura al Mesías, no fue sin misterio el envjar el Salva–
dor al ciego á esta fuente. Queria enseñar que él era el
que. nos reengendra en las aguas saludables del bautismo,
y el.que con. su gracia cura nues.tra ceguedad espiritual.
.El 1 Salvador no tenia necesidad ni de aquel , ni·de las
.aguas de' la fuente· d·e Siloe. para dar .vista lal ~iego~se sír–
ve, no obstante de estas señales visibles, de estas cere–
monias exteriores pa r:a preparar los.espíritus á la iilstitu–
cion de los sacrament:os, de ·fos cuales eran figuras estas
- cosa~ sensibles. La fi:ente de Siloe, .d~cen . san I::reneo y san
Crisost omo, era un sunbol0. del bautismo. Los turcos aun
hoy tienen ien veneracion la fuentre de Siloe , y creen que
sus agu<rs tienen virtud de curar, ó á lo menos de aliviar
los males de ojos. Obedeció el ciego , lav6se, .y volvió
cori vista, Un milagro tan estupendo dió gran golpe al
pueblo, el cual no obstante no penetró el misterio. Los
que se mostráron desde luego mas atónitos, fue los ve–
cinos y los parient~s del ciego. Por mas que tenían á. la
_vista el suceso , se les hacia increible_. Era la1maravilla
mas extraordinaria, que muchos casi ql!lerian dudar que
el curado fuese el ciego de nacimiento; sin embargo, era
conocido de todos mucho tiempo. babia , para que no se
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