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DE · CUARESMA,.

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y fuertes;

z.

cómo, pues, fuísteis tan ind{>ciles

á

unas ins–

t rucciones tan concluyentes , á unas solicitacibnes tan elo–

cuentes?

i

Qué excusa

pod~is

dar . de vuestra lax!tl!d?

i

vuestra pusilanimidad

y

de1icadeza pueden justific¡uos

á

vi ta de tan buenos

exemplos~

¿No habe1s ·po:p.ido, se

nos dirá un día, lo que tañtos ótros hicieron? Criados en

la misma escuela, trasplantados al mismo ' campo ; culti–

vados por la misma mano, regados con la misma fuente:

tantos otros mas jóvenes, mas delícados que tú , de un

temperamento mas débil, de un natural menos feliz, co11

unas pasiones mas vivas, pudieron con la ayuda de las

mismas gracias que te eran

~omunes

con éllos, guardar

los mismo.s votos, las mismas -reglas, las mismas obser–

vancias á que tú estabas igualmente · obligado, y que has

quebrantado tantas veces, y que. has creido ser un yugo

demasiado amargo, una carga demasiado pesada, una su–

jecion demasiado austera.

Et

tu

non poteris quod isti et·

istce?

i

Qué confianza mas frívola, mas vana, que la de

contar mucho sobre la santidad de un estado, cü yas obli–

gaciones no se guardan? · Desde que hemos visto á Saul

desechado del Señor despues de una vocácion tan seña–

lada: ó.espues qoe Saloman nos ha dexado en la espantosa

incertidumbre de su salvacion, despues de haber recibido

el don de una tan excelente sabiduría; despues que un Ju–

das se perdió á la vista del Salvador,

y ·

en compañía de

los apóstoles; iquién puede contar sobre la bondad de su

vocacion; sobre 'sus raros talentos, sobre la santidad de

su estado, sobre la abundancia de los socorros, sobre

Ja

ventaja de vivir en la casa del Señor

y

llevar su liórea?

T emplum Domini, te1vplum-- Domini.

No nos fiemos en pre–

dicciones supersticiosas, no confiemos en falsa s pre ·Jcu pa–

ciones , en una seguridad presuntuosa. Ec;temos ciertos

que no serémos santos en un estado santo sino en cua nto

viviéremos santamente. Lo que nos hará agradables

á

los

ojos del Señor,

rto

será la inocencia ·de nuestros herma–

nos, sino la nuestra. Las satisfacciones pueden venir de

una causa

externa; pe.r@ el Jmérito

es personal: