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DE
CUARESMA.
modestia sea-o una prueba Cle vuestra fe. Nó pongais vues–
tra corifianza en pa:labras de mentira, diciendo: Este
es
el .remplo del Señor : esta es la casa del Señor : aquí está
su solo templo :
Nolite confidere in verbis mendacii, di–
centes
;
t emplum
Domini.
No era mentira , ni tampoco
enor el creer
y
decir que el templo de Jerusalen era el
templ0 del Señor; pero en la boca de los judíos, y segua
los sentimientos que tenian, rCUa.ndo se gloriaban de que te–
nian este templo, era este un error, una·ilusion, una men–
tira. Creían que por ·horrendas que fuesen las abomina–
c iones que se cometían en el ·lugar santo, que por mas
ir-r·itado que pudiera estar el Señor .poi; sos. delitos, era de–
masiado zeloso de su gloria, para que- permitiese jamás
que su templo fuese profanado p0r los extraños,
y
aun
menos que su pueble> favorecido fuese arrojado del pais
qt.J e Dios le habia dado,
y
que los judíos
~stuviesen
un
di.a sin templo, sin altar, -sin sacrificios. Soseguémonos.,
decían, no hagamos caso de las amenazas de Jeremías:
Templum Domini,
tenemos el templo del ·Señor :,este solo
templo espara nosotros un escudo -contra toda suerte de
desd-ich.as,y aun c0ntra los t i.ros de su indignacion; pero
estos ci egos no veían que deshonraban mas el templo sa–
grado del Señor por su idolátría
y
sus impiedades , que
los infi eles hubieran podido hacerlo quemándolo
y
destr u–
yéndolo de arriba abaxo.
i
Quereis que este templo sea
mi casa? No hagais de él una cueva de ladrones y de im–
píos: Yo habitaré con vosotros como lo he pr0metido:
yo
habitaré en este templb de un modo particular: oiré en
él vuestras súplicas, aceptaré vuestras ofrendas: veré con
complacencia vuestros sacrificios,
y
me mostraré favora–
b le á vuestros votos,
si
·teneis cuidado de andar por los
caminos de mis mandamientos , si no derramais en este
lugar la sangre inocente, si no seguís á los dioses extran–
geros , si no profanais este templo con vuestros malos de–
se0s , con vuestras impiedades,
y
con unas costumbres
en teramente paganas. Lo que me ahuyenta .de este sagra–
do .templo, lo que me obliga
á
convertiT este trono de mi
misericordi a en tribunal de mi mas severa justicia, on
los delitos que cometeis en él, las usuras , los latroci–
nios que exe rceis; lo que me obliga
·á
salirme de él , es el
incienso sacrílego que ofrece is en él
á
los ídolos. Venid