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MIÉRCOLES TERCERO
l? vida,
y
por
Ct.Jmplir con todas las obligadones que
se
tienen
á
algun sugeto.
Honra al .Señor con tus haberes,
dale las primicias de todos tus frutos,
y
reconoce por
GSte medio su soberano dominio.
Honra
á
las viudas,
di–
ce san
Pablo,
escribiendo
á
Timo-feo; es decir, ten cuida–
do de las viudas , asístelas. La ley por este término:
hon–
ra
á
tu
padre
y
rí
tu
madre,
prescr ibe todas las obliga–
ciones que la naturaleza
y
la humanidad exigen de los
hijos para con sus padres, como son la obediencia,.
la
.reverencia, el amor, el reconocimiento, el socorro en sus
nec'- '>idades temporales
y
espiritual~s;
y
ninguna cosa
es–
tá
recomendada mas expresamente en la Escritura que
estas obligac iones indispensables. Dios manda que se cas–
tigue con pena
de
muer te al que pusiere las manos
e11
su padre ó madre,
y
al que los maldixere. Es tan atroz
este delito, que no solo queria Dios se castigase con la
muerte del alma, sino tambier'l con la del cuerpo. Para
darnos
el
Señor una idea mas sensible del mérito de es–
ta accion de honrnr á los padres,
y
de la excelencia de·
este precepto, liga
á
él el mayor de todos los bienes tem–
porales, que es una vid1 larga , la que promete á los hi–
jos que tuvieren á sus padres el respeto que les es debi–
do:
Para que vipas muchos años sob·re la tierra: non oc-
.
cides,
no matarás. Los mejores intérpretes creen, que
de–
biéndose tomar los preceptos del Decálogo en toda su
extension, no solo se prohibe por éste el homicidio efec–
tivo, sino tambien las heridas
y
toda suerte de violen–
cia: el ódio, la vanidad, las querellas, las enemistades,
la venganza están comprendidas en la prohibicion
d~
matar;
y
no solo el matador, sino tambien los que le dan
consejo
ó
a
y
uda,
y
se hacen cómplices de su delito: de
de
cualquier modo que sea, son reos de homicidio. Con la
misma extension y en el mismo sentido se debe tomar
la prohibicion del adulterio:
Non mcechaberis.
Todo pe–
cado de impureza se prohibe en este precepto, dice san
Agustin.
Non furtum
facies~
no hurtarás. Este precepto
prohibe toda suerte de robos; la usurpacion, la reten
cion del bien ageno, sea por violencia
ó
por engaño;
y
así el robo, la rapiña, el peculado, la usura, el fraude ,
las trampas, el -malversar la hacienda agena, la mala
fi
en el comercio, en la
paga
de
los
trabajadores
y
acree-