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PE CUARESMA.

I3l '

dió la corrupcion del corazon, y en ninguná parte, du–

rante el tiempo de su predicacion, se cometió el aten–

tado de intentar quitarle la vida sino en Nazaret, que

era como su patria. Jesucristo por ningunos es mas mal–

tratado que por aquellos

á

quienes mas ha

fa

vorecid0, si

vna vez llegan á pervertirse. Un mal sacerdote, un re–

ligioso pervertido, una persona qúe'

h~

sjdo

devota,

y

se

re laxa, dan siempre en. los últimos excesos; ya sea por

lo que mira á la licencia de las cqstumbres, ya sea por

ló tocante al error.

L~s

1

ve~j nos d~

Nazaret querían ver ·.

al Salvador Qbrar

entr~

éllo,.s

los .•mismos milagros que

habia obrado en Cafarnaum.

¿

Rero .estos milagros he–

chos en Cafarnaum les eran desconocidos,

ó

dudaban de ·

él lo

~

¿pues qué necesidad tenían de. verlos para creer en

J

~ sucri ' to~

Empecemo'\

á

aproveclurnos de las gracias

que se

nJ'> .•hrn

dado , _i

1

quer

mo~

conseguir ..otras

ma~

füerte< No . n1c>s'

servi r-ad~

·díscu lpa ed

et Juicio

de Dios

el d.

dr

que ótros .(uvie

1

r9d'

1

mas

po4er'ó~os " socorros

que

no otros

par~

obrar

1

oie'n. 'La poca .es t'rni acion,

y

hasta

el menosprecio que hácep: de Jesucristo sus conciudada–

nos, d ... be conso ar

~

!os sierv'.OS de Dios al verse algu–

na s veces menospreciados

~e

..aqu_el.los con .quienes vi–

ven. Los extrangeros· ordinariamente admiran y aplau -

den la virtud

y

el mérito de .una persona, que por lo co–

mun es poco estimada, y que raras veces dex.a de ser

despreciada de los suyos.

'

"

La-

oracion

de 1k

rnila

u

la s 'guiente.

' !

,,

C ordibur nortrir, quterumu.r,

D omine

.

grati2m

t1~am

benig–

nuJ infunde :

ut,

sicut

ab

e1ci1

carna/ibur ab11inemu1, ita un-

IU!

q

oque

TJOJfrOI

a

TJOX/lf r e –

trf1h.J•llUJ' excersibus; Per Do-

11 i mm1

noJ1ru111 ...

Ü s uplicamos, Señ0r; que derra–

meis benigno v·uest ra gracia 'en nues–

tros corazones; para que así como

nos abstenemos de la comida de ca r–

ne, así tambien apartemos

n ue.~tros

semidds de los excesos que pueden

daña r á nuestra alma: Por nuestro

Sefior...

L a epiJtola

u

del

lib.

4,

de

/ol

Reye1, cap.

S.

In d

i~ b11r

illil:

N,iam_an,

prin

c.pr

militi.e reg ir

Syria: ,

er.Jt

En

aquello~

días : Naaman , gene–

r 1 de las tropa del rey de Siria,

1

2