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1'24

LUNES TERCERO

que me ha dado de librarme de mis enemigos; espero

en

él,

y

no temo me puedan hacer mal alguno los born–

bres. Con mas razon podia decir esto el Salvador cuan–

do se vió obligado

á

hacer un milagro para librarse de

las manos de sus parientes, allegados en Nazaret, como

se verá en el

e~angelio

de este dia.

La epístola contiene la historia ·de Naamán, general

de las tropas del rey de Siria. Este oficial pasa ba por uno

de

.loa hombres mas valientes

de.

su tiempo: había con–

seguido . muchas vi0torias,

y

habia .

da~o

pruebas • de su

valor en mil encuentros : por tanto , est<_iba en grande es–

timacion para con el rey, y lo miraban como la segun–

da persona del 1

r~yno.

Pero en medio de "toda esta glo–

ria y•de·:todas e6tas prosperidades estaba afligido de una

lepra; que lo habia· puesto horroroso., y no le dexa:ba ver

gustar de _los frn!ll9s :de su

a:1ta

reputacion, y de sus gran–

des riquezas. -·Es.t:rlitepra fn0 le imped-ia presentarse en

la

corte,- ni .servir al rey de Siria; en -lo que se

ve

,

que los

<lemas pueblos del Oriente no miraban á los leprosos con

el horror que los is raelitas. Entre éllos pasaba la lepra

mas bien por una deformrd ad, que por una enfermedad

verdadera. .&l nnisrno evangelio se sirve mas comunmen–

te de la palabra limpiar , re pecto de los leprosos, que

de la de curar;

mundatus est

(

luc.

4. ).

Habiendo salido de Siria unos sa lteadores, se llevaron

cautiva del pais de Israel una much cha

Je

pocos año ,

la

que entró á servirá la m ger de

N

iamán. La ' iri a . iempre

ha sido fec1rnda en lad rones, com ta mbien la Arabia

y

los

demas pueblos del Oriente. Ninguna co a mas comun en–

tre éllos, que agavillarse

y

hacer correrías en los paises

enem igos , pi lla ndo todo lo que encontraban,

y

llevándose

siemp re muchos esclavos. Una doncellita judía

fue

del nú–

mero

de estos cautívos; la que habiendo venido

á

parar

á casa de Naa•rnán, servia-d criada á su muger. Viendo

esta criada el motivo de la' afiiccion

y

de los su piro de

su amo: Pluguiera á Dios , dixo un dia á su ama, que

mi

Señor hubiese ido á vi itar al Profeta que hay en Sama–

ria: me atrevo á asegurarle, que infaliblemente hubiera

sanado 1de su lepra. Naamán hizo l lamar á' la. muchacha ,

la hi zo varias preguntas, é informado de la vir tud que

Dios habia

.d-a,do

•á

E liseo ,

y

de .todos los prodigi-0

que