DESPUES
DE PENTECOSTES.
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El bautismo , pues ,
deb~
producir en n-0sotros Jo mismo
que
representa por su ceremonia; es decir, que
2sí
como
la ceremonia del bautismo representa la muer te, la se-,
pultura
-Y
la resurreccion gl0riosa de Jesucrisio, Jo
que
se encuentra admirablemente en su inxerto, pues el renue.l
vo muere separándose de su tronco, se sepulta encerrán-i
dose
en · el
nuevo tronco,
y
resucita quando estando uni–
do al nuevo árbol echa hojas , flores
y
frúto ;
a
este mo–
do, es menester que por el bautisrpo participemos nosotroi
de~
estos tres misterios. Que este
sea
por inmersi-on
o
pon
aspersion, siempre es preciso que no solo muramos
a
la
vida del pecado que recibimos de Adan, la que Jesucristo
destruyó en la cruz_por su muerte; es preciso tambien que
ser ..
~os sep~ltados
como Jesucristo lo fué despues de sq
muerte ; es decir , que seamos tan insensibles
a
todos los
atractivos del pecado, como un cuerpo en un sepulcro lo
es
a
todos los atractivos de los
pla~eres
de la vida;
y
así
como por la resurreccion volvió Jesucristo
a
tomar una
nueva vida impasible, gloriosa, inmortal; del mismo mo–
do la nueva vida de la gracia , que recibimos nosotros por
el bautismo , debe estar exenta de flaquezas , de recaídas,
1
y
de la muerte espiritual del alma que cau a el pecado.
Esto es lo que el santo apóstol prueba alegóricamente en
· toclo
1Q
restante de. esta epístola.
El hombre viejo, dice. San Pablq , ha sido crucificado
~on
Jesucristo. Este hombre viejo
es
el hombre tal co–
mo
nació de Adan, con el pecado
y
los hábitos viciosos
que le inclinan
y
arrastran al pecado. Este hombre viejo
fué crucificado con Jesucristo; es decir, que
Jes uc1~i
to
por su muerte de cruz' habiendo satisfecho plenamente
a
la justicia de su Padre, destruyó,
y
como que
~ió
la muer–
te al pecado; de suerte, que el peca:dor, por la
aplica~
cion que en el bautismo se le hace de los
méri~os
de la
muerte del Salvador, recibe la remision de sus pecados,
y
en
cierto modo se transforma en un nuevo hombre por
la
infusion de la gracia santifican
te ,
por
la
qual
d xa
de ser
escJavo del demonio ,
y
queda hecho hijo de Dios:
de
pecador se hace justo : de hijo de
ira ,
hijo amado ;
c;on de–
recho
a
la herencia.
Si fílii,
&
hceredes
:
Heredero
de
Dios,
y
coheredero del mismo Jesu<;risto; esto es lo
que
entiende San P.ablo; quando
dice
.que
por
el bautismo,
e~
de-