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DESPUES

DE PENTECOSTES.

59

El bautismo , pues ,

deb~

producir en n-0sotros Jo mismo

que

representa por su ceremonia; es decir, que

2sí

como

la ceremonia del bautismo representa la muer te, la se-,

pultura

-Y

la resurreccion gl0riosa de Jesucrisio, Jo

que

se encuentra admirablemente en su inxerto, pues el renue.l

vo muere separándose de su tronco, se sepulta encerrán-i

dose

en · el

nuevo tronco,

y

resucita quando estando uni–

do al nuevo árbol echa hojas , flores

y

frúto ;

a

este mo–

do, es menester que por el bautisrpo participemos nosotroi

de~

estos tres misterios. Que este

sea

por inmersi-on

o

pon

aspersion, siempre es preciso que no solo muramos

a

la

vida del pecado que recibimos de Adan, la que Jesucristo

destruyó en la cruz_por su muerte; es preciso tambien que

ser ..

~os sep~ltados

como Jesucristo lo fué despues de sq

muerte ; es decir , que seamos tan insensibles

a

todos los

atractivos del pecado, como un cuerpo en un sepulcro lo

es

a

todos los atractivos de los

pla~eres

de la vida;

y

así

como por la resurreccion volvió Jesucristo

a

tomar una

nueva vida impasible, gloriosa, inmortal; del mismo mo–

do la nueva vida de la gracia , que recibimos nosotros por

el bautismo , debe estar exenta de flaquezas , de recaídas,

1

y

de la muerte espiritual del alma que cau a el pecado.

Esto es lo que el santo apóstol prueba alegóricamente en

· toclo

1Q

restante de. esta epístola.

El hombre viejo, dice. San Pablq , ha sido crucificado

~on

Jesucristo. Este hombre viejo

es

el hombre tal co–

mo

nació de Adan, con el pecado

y

los hábitos viciosos

que le inclinan

y

arrastran al pecado. Este hombre viejo

fué crucificado con Jesucristo; es decir, que

Jes uc1~i

to

por su muerte de cruz' habiendo satisfecho plenamente

a

la justicia de su Padre, destruyó,

y

como que

~ió

la muer–

te al pecado; de suerte, que el peca:dor, por la

aplica~

cion que en el bautismo se le hace de los

méri~os

de la

muerte del Salvador, recibe la remision de sus pecados,

y

en

cierto modo se transforma en un nuevo hombre por

la

infusion de la gracia santifican

te ,

por

la

qual

d xa

de ser

escJavo del demonio ,

y

queda hecho hijo de Dios:

de

pecador se hace justo : de hijo de

ira ,

hijo amado ;

c;on de–

recho

a

la herencia.

Si fílii,

&

hceredes

:

Heredero

de

Dios,

y

coheredero del mismo Jesu<;risto; esto es lo

que

entiende San P.ablo; quando

dice

.que

por

el bautismo,

e~

de-