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'

~2l

DOMINGO CATORCE

PUNTO S E G UN DO.

Considera que nadie puede servir

el

un tiempo

~

dos

amos , especialmente tan opuestos como lo son Dios

y

el

mundo; es indispensablemente necesario dedicarse al ser–

vicio de uno solo. Es imposible servir

a

Dios

y

al mua·

do

a

un mismo tiempo;

y

aun quando esto se pudiera,

i

se deberia ni aun solamente

intentarlo~

Considerémos la

incompatibilidad de estos dos servicios por la oposicion

de estos. dos amos. Sus leyes , sus máximas son tan con–

trarias , que es evidente que no se puede amar al uno sin

aborrecer al otro ;

y

querer agradar al uno

y

al otro, es

desagradar

a

entrámbos. Jesucristo pide ind

pensabl~men-.

te

a

todos sus siervos una pureza perfecta ' una inocencia

sin mancha , un corazon puro, humilde

y

sin aficion

~

los bien criados. La modestia , la mansedumbre , la mor·

-

tificacion, una caridad sin límites

y

sin medida : una req·

titud sin artificio , sin ostentacion , la buena fe

y

la senf–

cillez deben caracterizar

a

todos las discípulos de Jesu–

cristo. No ha

y

una de estas virtudes que no sea indis–

pensable,

y

no hay siervo de Dios que no deba mirar al

mundo como al enemigo irreconciliable de Jesucristo;

y

por consiguiente que no deba tenerle horror, que no de-

ba aborrecer su espíritu, sus leyes, sus máximas;

i

que

inayor incompatibilidad que la de estos dos

amos~

i

Que

te parece

~

i

Se puede servir

a

un mismo tiempo

a

los

dos~

El mundo tiene sus máxiqias, su espíritu y sus leyes;

contrarias todas y en todo

el

las del evangelio. La sober–

bia, la ambician, la vanidad hacen el carácter del espíri-

tu del mundo. Una fortuna mediana jamas

fué

del guste>

de los mundanos: en el mundo se deben hacer todos los

esfuerzos posibles para salir del poi vo ,

y

ponerse sobre

sus iguales ; no se debe estar jamas contento miéntras se

vea u.n puesto superior al que se ocupa. El orgu1lo es la.

primera calidad,

y

la ambician la primera leccion que se

toma en el servicio

y

en la escuela de este intratable

amo. Las riquezas son el ídolo universal

a

quien todos

los mundanos ofrecen votos. El a.mor del de1eyte es como

el alma de todos los deseos de las gentes del mundo.

El

regalo, la sensualidad, hasta la impureza, no solo se hallan

au·