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DESPUES DE

PENTECOSTES.

S

bre la buena voluntad que os asiste, ni sobre vuestra ino–

cencia : velad sin cesar , estad siempre sobre las armas,

porque vuestro enemigo

el

demonio , semejante

a

un leon

rugiente, anda por todas pa rtes buscandc> en quien hacer

presa. Vosotros estais, es verdad, como en

un

cercado

y

en el rédil

a

la vista de Jesucristo vuestro divino

pas–

tor; pero este pastor bueno él mismo

0 8

exhor ta

a

orar

y a

velar para no ser sorprehendidos de este leon

ru-

/

giente, que

no

duerme,

y

que continuamente da vueltas

para devorar

a

qualquie;a q oe salga del red·1'

y

tam–

bien para entrar

des~e

el punto que perciba la menor

brecha;

y

si llega

a

ent rar,

¡

que destrozo! Estaos

en

-·---"~~._,-~d il _J

es decir, en la Iglesia ca tó lica, apostólica, ro·

mana; lo mismo es salfr

de

ella por la apostasía

o

por el

L

cisma, que ser devo rados. Pero

no

basta estar dentro del

redil , es menester una vigilancia eterna ,

y

estar dia

y

noche alerta contra u'n enemigo

q u e ,~está

al pie de la

r

muralla buscando algun sote rraño para entrar por

él

en

~

la plaza'

o

para poner fuego

a

alg1rn·a mina ,

y

dar lue–

go el asalto. El .demonio no se cansa ni duerme. Sutil,

hábil, astuto, observa los parages f bles,

y

contra

e~ tos

emplea siempre todas sus• fue rzas.

Si hay

algun

de~cui­

do en reparar las brechas ,

p

en fortifidar los puestos mas

descubiertos, la plaza está tomada.

Cui resístite fortes in

fide

:

Resistidle ,. poniendo vuestra fuerza en la fe. "Estas

son las armas que vencen al demonio

y

al

mundo:

Hcec

est

victoria

quce

vincit

mundum ,'fides

nostra.

Tomad , en

todo trance el escudo de

Ja fe

, i

ea

el qual se

apagan

to–

dos los dardos encendidos del ·

mali.~ao ~espíritu:

Scútum

J'<:.dei,

in quo pósitis

omnia tela nequfssimi ígnea

extfngue–

rl,,

La

fe nos descubre tanto los bienes infinitos

y

eter–

nos

1ue

debemos esperar, comd los males

que

cebemos

~vit~r .

v

los medios de que debemos valerno '.

La

fe nos

u~sI?tra ~ '

confianza'

eq

Dios

,

el ,,espíricu

de oracion ,

Ja

v1gtlanc1a?

v

el temor saludable de los enemigos de nues–

~ra

sa_l "ª?1on. Sin· la fe todo es flaqueza , todo tinieblas,

todo tlus10n, to.:'0 error. Por eso el demonio dexa muy

en

repo~o.

a

Jos

qu-

~an

perdido

la fe ,

y

ya no eslán

en

la

Jgles1J: Como

sao.,. ..,ue

la fe es el fundamenw de

la

~.l!vacion,

se.

c~ida

poco

e-~

0

nemii!o

~ ~~

..

ninar

por

si

mismo un ed1fic10 que falta . po

os cimientos.

os cris-

Tom.

V.

A

3

tia-

1