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QUARTO MIÉRCOLES

scimu; quia Móyri /ocútur est

Deus

:

hunc autem

-

nescimu.r

unde sit. R espondit

ill~

ho–

mo,

8

d1xit ei.r

:

in hoc enim

mirábile est , quia vos nescitfr

unde sit

,

S

apéruit meo; ócu–

los

:

scirnut autem quia pecca–

tóres Deut non áudit: sed

si ·

qui.r D ei cultor est

,

~

volun–

tdtem ejur facit

,

hunc exáu–

dit:

d

sr,eculo non est auditum,

quia quir apéruit óculos cr,eci

nati

?

Nis.i

euet

hic

á

..Peo,

non póterat fácere quídquam.

Respondérunt

,

S

dixérunt

ei

:

in peccdtis natur est to–

tu.r

,

~

tu doce! nos

1

Au–

·divit J etu.r quia efecérunt eum

foras

'

s

cum invenisset eum,

-dixit ei

:

tu credis in filium

D ei? Respóndit ille,

8

áixit:

quis est, Dómine

,

ut credam

in eum

1

Et dixit ei Jesus:

8

vidisti eum

S

qui lóquitu_r

.

tecum, ipt7!

e.rt.

At itte ait:

credo D ómine

,

8

prócidenr

adoravit eum.

lo

!Jlaravillos9; que vosotros ' no

sabeis de dónde sea,

y

él me ha

dado vista. Por otra parte sabemos

que Dios no oye á los pecadores,

sino que al que reverencia á Dios,

y hace su voluntad ,

á

éste es al

que oye. Desde que el mundo es

mundo, no se ha oido decir que al–

guno haya dado vista

á

un ciego

de nacimiento. Si éste no fuera de

Dios, no podria hacer nada. Res–

pondiéron, y le _dixéron.

i

· has nacido sumerg ido todo en

pecados,

y

nos quieres ense–

ñar?

Y

le echáron afuera.

Oyó

Jesus que le habían ech3do afue–

ra,

y

habiéndole encontrado, le

dixo: crees

en el hijo de Dios1

Respondió él,

y

dixo: ¿quien es,

Señor, para creer en él

1

Y Je–

sus le dixo : ya le has visto ;

y

el que está hablando contigo,

ese es. Entónces dixo él: creo

Señor. Y postrándose , le ado·

ró.

MEDITA CION

De la ceguedad espiritual.

P U N T O P R

l

M E R O.

Considera, que entre

todas las enfermedades del alína

no

--hay

otra

mas

mortal, ni

de que se

cure

ménos,

que

de la

ceguedad. Como el alma

no

dv i -rte

el

peligro,

tampoco

busca

el

remedio.

iP

ro

á

quá

tas

caídas no está

expuesto

un ciego? Y mas caminan o;

dur an

ce esta vi ,ia por

un

ca–

mino pedregoso

y

lleno d precipi •'. Íos.

z

Quáutos

tropezo–

nes no es preciso que dé? Es ·mposibl and ar

much9

tiempo

por

él sin

caer en e] pr cip '

io.

Lé!r cegue.Jad

espir ;tual

no

no es méuos ceguedad del

coraion

que· del

ent~ndimento.

- ._

.

El