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QUARTO MARTES
P R O P O S I TO S.
La
severidad con que Dios castigaba la menor irreveren–
cia, hecha en el templo.,
en
la ley antigua , nos debe
ha–
cer inferir el rigor con que castiga la menor inmodestia en
nuestras iglesias.
z
Que pasmo sería el de un iroqués,
que
medianamente instruido en las verdades de nuescra reli–
gion entrase
por
la primera vez en nuestras iglesias ,
y
las viese llenas de gentes sin respeto,
sin
reverencia , sin
pie–
dad?
z
l)ue pensaría un turco, si fuese testigo de nuestras ir–
reverencias ·~
Revístete de101de hoy de sentimientos cristianos
sobre
un.
punto tan importante. Empieza á poner en prácti–
ca
hoy
mismo lo que acabas de prometer al ·señor.
Ve
á
la iglesia, aunque no sea sino para dar
á
Dios,
á
ti mis–
mo,
y
al público una
pruebJ.
de cómo piensas sobre es–
te particular.
Entra
en la igle_sia , está en ella,
y
sal como
un hombre qMe está penetrado de la magestad y de
la
santidad del lugar santo.
Ponte una ley inviolable:
1.
de no hablar jamas en ella:
2.
de no estar sino con una postura religíosa
y
cristiana:
3.
de no presentarte sino con toda la decencia
que
pide la
gr:andeza del Dios
que
reside en ella.
No
entres jamas
en
bata, ni con esos vestidos pomposos, que son el oprobio
de
nuestro siglo ,
y
la moda de! mas descarado libertina–
ge: 4. no permitas jamas que tus hijos, por pequeños
que
sean,
estén sin circunspeccion
y
sin respeLo.
DE LA QUARTA
SEMANA
DE QUARESMA.
David, obligado por la rebelion de su hijo Absalon
á sa–
lir de Jerusalen, abandonado
de
casi todo sus domésticos
y
cortesanos
y
de
todo
el
mundo., representa
á
Dios
el las–
timoso estado
á
que está reducido,
y
le pide le
ayude
contra
tan injustos enemigos :
Exáudi Deus oratiónem meam
,
ex–
clama
en su
extremada
afüccion;
&
ne despéxeris depre-
ca-