230
.QUARTO DOMINGO
panes con que el Salvador dió de comer en
el
desierto
á
m as de ci nco mil pe rsonas.
_
Jesucr isto acababa de c urar al para ítico de treinta
y
ocho años. que yacía Junto
á
la
piscina.
Este
mjlagro, que
había hecho gran ruido
en
Jerusalen
y
en los a lred t: do res,
h abía dado moti vo
al
Salvador de probar muy por
ex–
t en, o
y
d un modo demostrativo
y
sin répl ica ,
la
auten–
ticidad de su mision , su divinidad ,
y
la
antidad
de
su
doctrina. Los fariseos , Jéjos de rendirse
á
una verdad
tan
clara, solo buscaban cómo apoderarse de
él,
resue tos
á
quitarle Ja vida; pero como todavía no habia llegado
el
tiempo determinado
para
este gran sacrificio, el Sal–
vador, que sabia todo lo
que se
tramaba contra
él,
tu vo
por
conveniente
el
retira r
e.
Comenzaba entónces el tercer
a ño dtt su predicacion. Sus após toles ,
á
quienes habia en–
viado á pr
·dicar,
habiéndose juntado cerca de él , de vuel–
ta
de su. misfon, fuéron en
su
eguimiento hasta la ri be ra
del
mar
de Tiberíades , así llamado
pcJr
motivo de la ciudad -
de e te nomb re , ed ifi cada poco tiempo había sobre e ste
grao la·go
á
honra del emperador Tiber io. Habiéndose
em–
ba rcado
el
Señor , pasó el lago ,
y
se reciró
al
d r? sierto,
lla–
mado de .B...
tsaida, porque estaba en frente
del
put blo
de
este nombre, queriendo hacer clescansar all1 á sus apósto–
les
de las
fat igas
de
su postrera mision.
Pero
no pudo ser
tan secr eta su pa rtida,
que
no fuese vi. ta de algunos, los
que
hab iéndolos visto embarcar, la publicáron al instante:
cor,riéron de todas partes adonde el Señor se hallaba,
y
no
hubo ciudad ,
ni aldea
en
los alrededores de donde
no
saliese
un .
gran número
d e
habit antd ,
á
quienes el deseo
de Vt r
á
Jesus, de oirlo., de hablar le, parecia
hadan olvi–
dar lo
largo
del
camino,
y
no sentir la fa t iga.
El Salvador babia
~7i.lbido
á
lo alto de una colina, don–
de) habia
•foe l: hO
sentar á
SU ~
discÍ'pulos alrededor de s í:
vi.endo. desde allí la gran mulLitud de. p rsonas que ve–
:nfa n á él ,de todas partes, se
enternedó
y
compadeció
·de ellas;
y
rara
ahorr r. r]es la pena de subir'
se
baxó
-al llano, dond los re<
ih ó
con un ro. tro, que most raba
·bjen . Ja t ierna aficion que }es
profrs ~
ba. La
pr imn a
cosa
que
hi10,
fué
suministra r
les el al
i1:r,
·· itual,
ense-
ñfrrrdoles
as má'Ximas de la
mas
alr'l~o-
arro-
j audo en sus corazones las.
pr lmP
r)JS-