TERCER- JUÉVES
rítis i ñ malam vobismetipsis:
dioses· extrangeros ,
-en
vuestró
habitábo vo,bfscum
in loe.o
,Ísto;
dapo, habitaré
COR · VOSOtfOS
en
in
ter ra , q1:'am de(li
pátr~bus
este
lugar,
en la .tierra que
dí
á
v est ris
a
saic¡,do' ,
$
·'i f8 ue in
vuestros - ,padres, para siempre-,
s_~cutum,
ait Dóminus
om nípo-
dice
el
·señor
omnipotente.
tens.
·
...
'.
·''
NO T ·A.
t t
J eremías tiene el segundo lugar
entre
los profetas
,, mayores: él mismo dice
que fué santificado
ántes
de
na~
"cer en
el
vientre de su madre.
Muchos
intérpretes en–
,., tienden esta
anticipada
santificacion del.destino
y
elec;.
"cion
que Dios hizo de él ántes de su nacimiento para el
"empleo
de profeta. El
Eclesiástico
hablando de ·
él,
dice
"que
los judíos
maltp1táron
al :¡ue fué consagrado
profe·
, "ta
desde
~l , s~no
de
su ·
madre.
R E F L E X 1 O NE S.
No pongais vuestra confianza en palabras falaces
y
men-
"
tirosas ;¡diciendo: El
térnplo
del-Señor.
¡Que
ilusion
mas·
grosera!
Srn
embargo,
apénas
hay
otra
mas comun: creer
qm! porque
-se
tien~
la
ventaja-
y
la
dicha
de
ser .'de
un
cuerpo augusto por su antigüedad,
estimable
por la per-·
feccion de
su instituto,
célebre
por
el
número
de
sus
San–
tos, respetable
porl
.la
dignidad. de sus
fu nciones,
_sa~t.o .
por la
excelencia
ae sus
qcupaclones,
po:r
la
muluphc1.–
dad
de _ ~.us s9corros- ~spiri.tuales,
y
por
la
muc[ledumbre
d,e
16$
buen@s exe.m¡;>los,
se
puede
contar
seguramente
con,
su sal va.cion:
tomo
si
la
perfeccion del
estado
nos pusie-
ra
á
cubierto de los peligros, se
pudiese
vivir en fa tibie-
za ,
y
algunas
veces hasta en la
·relax&c-ion
sin
temer
nct–
da. Desengañémonos , la · virtud de
nuestros
hermanos ·no·
lSuplirá
j.amas
por
nuestras
imp.erfecciones: podrá
muy
bien merecernos g'racias
de
predilect:ion.,
sernos
de un so–
corr o
espedal; pero·
servirá
·igualmente -á
hacer mas cri- '
minal nues tra laxitud., haciéndola ménos
e~cusable.
i
Y
qué? Se
nos
di rá un
-dfa:
iaquell-0s grandes exemplos ·que
teníais enteramente delante .de
los
ojos .,
no debian ha–
beros enseñado los verdaderos caminos de la
salvacion~
¿
Aquellas
virtude-s
domésticas no
eran . una
reprehension
bas-