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TERCER
MIÉRCOLES
entónces proveer
á
la subsistencia de sus padres. Ninguna
cosa mas positiva , les decia el Salvador, ninguna mas
clara que el mandamiento de Dios ; que os obliga in–
dis pensablemente á as istir con VtJestros bienes
á
vues–
t ros pad res pobres;
y
sin embargo, vosotros
nó
pensais
sino en hacer llenar el cepo de las limosnas, de que sa–
beis tambien aprovecha ros , contra todas las le
ye~
de la
j usticia
y
de la ca ridad. Vosotros ponderais de tal suer–
te el mérito de las ofrendas que se echan en el ce po,
que el dia de hoy , si se
os
cree, es para un hijo, no
so.louna excusa legítima , sino un acto de virtud el decir á su
padre
ó
á
su madre: todo lo que ustedes pueden esperar
de mí para su al ivio
y
subsistencia, está ya consagrado
á
D10s;
es una cosa de que yo no puedo ya disponer, he
p rom.... tido ofrece rla al templo ,
y
sería un sacr ilegio en
mí el dá rselo
á
ustedes ,
y
en ustedes el recibirlo.
H ipócritas , coµ tinuó el Salvador, i como teneis valor
pa;ra exagerar una fa lta, que quando mas , solo se opQne
á civilidad
y
política, quando vosotros quebrantais uno
de los principales mandamientos de Dios? Vosotros sois
propiamente de quienes dixo Isaías con espíritu proféti–
co : este pueblo me honra con
lo~
labios ; pero su cora–
zon está bien léjos de mí. Vosotros hablais continuamen–
te de la ley con énfasis, y la violais continuamente con
· impiedad. Soi s exactm observadores,
y
aun escrupulosos,
•
J
de no sé qué costumbres, que nada quieren decir,
y
que
ha introdLI:cído la relaxacion;
y
miént ras tanto violais sin
vergiienza las mas esenciales ordenanzas,
y
los manda–
mientos de Dios,
á
los quales substitu is vuestras
vanas
t ra–
diciones.
i
Pensais que Dios se muda, ó es capaz de mu–
dar de sentimien tos? Luego
encarándo~e
el Salvador con
·el pueblo que le escuchaba, ]es dixo: no es lo que entra
en la boca lo que mancha al hombre , sino lo que sale
de un corazon corrompido: lo qwe mancha al hombre es
lo que se d ice
y
lo que se desea, no lo que se come. Las
viandas no son malas sino en
quan.toestán prohibidas: son
ind iferentes en sí mismas,
y
~o
manchan al alma sino
por el mal uso que se hace de ellas. Entónces acercán–
doseie
sus
discípulos ·, le dixéron:
i
Sabeis, Señor, que lo
que acabais .de decir ha alterado furiosamente
á
los
fa–
~jseos,
y
ha sido para ellos un motivo de
escándalo~
To- '
da