DE Qt:JARESMA.
9.3
ramado
~antas
lágrimas, c'uya pérdida tenia por cierta,
y
lo veo resocitar contra toda mi esperanza; ¿Podia el Sal–
vador alentar, so1idfar, empeñar
de
un modo mas amo-
. roso
y
mas eficaz al pecador para
convertirse~
¿podi? des·
cubrirnos de un modo mas oblie:atorio los sentimientos de
su corazon para con los .pecadores!
i
Oh,
y
como esto prue–
ba bien lo que este amable· Salvador nos babia dicho en
otra ocasion
!
que es mayor la alegría que
hay
en el cielo ·
por un pecador q'ue hace
·penitenci~
,
que
por noventa
y
nueve justos, que no tienen necesidad de hacerla:
Q,ui non
índigent pcenlténtia.
Pero al ver como el hijo pródigo .es
recibido
de
su padre , -y con qué prontitud ordena estepa–
dre
le vistan la
m~jor
vestidura ,
i
habrá minis tros de
J~
sucristo que se atrevan á echar de 'sí duramente al peca_–
dor, que le
suspendan
por infinito tiempo la reconcilia.–
cion con
Dios,
y
que por usar de unas durezJis
y ,
dificut–
tades que Dios
~ondena.,
hagan
se
desgracie una conver•
sion,
que hubiera llegado
á sazon,
si
hubie~a
dado con
u~
ministro
mas bien instruido en los caminos de
D i os~
Sin
embargo, no se.deben censurar las sábias dilaciones que
usan alguna vez los ministros de la Iglesia en Ja ' reconci–
liacion del pecador, porque no ven como el Señor el fou–
do del corazon ;
y
ha
y
circunstancias en que no deben
asegurarse
hasta
que las ·obras den testimonio de la mu–
danza del corazoa.
La orac'ion de la.
mira
es
la
siguiente•
.
Da
,
t¡utesumur, Dómin?, nos–
tris efféctum jejúniis sa,utarem:
ut castigátio carni! assúmpta
ad
no.rtrarum
vegetati8nern,
·
trán.reat animdrum. Per D6-
minum
nostrum,
Se.
Señor, haz que nuestros
ayn–
nos ,tengan un
s.a'lud~ble
efecto,
para que la moruficac1on de nues-'
tra carne
mantenga la
salud
y
el
vigor de nuestras almas.
Po.r
nues;
tro
Señor,
&c.•
La epístola er
d~J'cap.
27
del
Génesis•
•
In
iiebu.r illis: Dixit Rebécca
filio suo Jacob
:
audívi patrem
tuum loquéntem cum Esau fra–
ire tuo, dicéntem ei: Ajfer mi–
hi de venatiiJne
lua'
e
fac
ci-
bos,
En
aquellos dias: Dixo
Rebe~a
á
su hijo J acob : oí
á
tu
padre
que
hab¡aba con Esaú
tu
hermano,
y:
que le decia : traerne de ·
10
que
cazes ,
y
hazme un guisado
para
que