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SEGUNDO
SABAI?O
' los mefores zapatos. ¡Buen Dios, qué misteriosa es esta
enumeracion de vuest ras bondades! ¡de quánto consuelo!
¡quantas cosas nos dices!
i
Despues
de
esto puede el
d~monio servirse del número y de la enormidad de nues–
t ros .pecados,
ni
aun de
la
severidad de la justicia de
Dio_s,
para precipitarnos en la desesperacioff y
e~tinguir
nues–
tra confianza?
La
liberalidad sucede
á
la ternu rá. El pró–
digo
se
ve restablecido en todos sus derechos desde el
mismo instante
que
se
porta cómo debe: se Je viste tan
ostentosament..... , como
sí
no hubie:·a disipado su legítima.
Si el hijo sale apriesa de sus desórdenes
y
de su rebelion,
_todavía es mas diligente el padre en admi tirlo
á
su amis–
tad. No se conten ta cqn admiti rlo
en
su casa, sino que
quiere manifestar su ·gozo con un festin . T raed, dice
á
sus criados , el
becerro
mas grueso : comamos
y
al egré–
nionos, porque este hijo que babia mueHo, ha resucitado:
porque este hijo que se habia perdido,
ha
sido hallado.
·¡Que ventajosas , Señor ,
y
de quánto consuelo me son
esta'> figuras
l
Vos ha beis querido pintarnos en ellas á vos
mismo , y daros á conocer por estos rasgos de bondad
que
os
son tan propios , y que hacen
vuest ~o
ca ácter.
VU'estras caricias, vuestras liberalidades en favor de un
pecador convertido van tan léjos, que dan zelos, por
de–
cirlo así,
á
los mismos justos.
Estando todos á la mesa, en que
se
servia
una
comi–
da
expléndida, acompañada de una gran música, el hijo
mayor, que venia del campo, oyó la ármonía de los ins–
trumentos , y
se
informó del motivo de esta fiesta ; y ha–
biéndoselo dicho , s.e entristeció, y se mostró quejoso con
sú padre. Pero éste, igualmente padre del uno que del
otro, despues de haberle dicho al primero el aprecio que
hacia de él, tomó por
su
cuenta
la
defensa del segundo: _
Epulári
,
le dixo ,
&
gaudere oportebat:
¿
podia ménos de
regala r
á
tu herman©
en
las ci rcunstancias presentes?
¿No
debía mostrarle el gozo que me ha causado su vuelta?
i
Pero
á-
qué fin, dices, hacer una fiesta por un sugeto tan
indigno? Se conoce que ha,blas como extraño, y que no
piensas que yo
soy
su padre,
y
que él ·es mi hijo:
Mór:..
tuus erat,
&
re'iÍXit: períerat
;
&
invéntus est
:
estaba
· perdido para mí , ya no
lo
contab~
yo en el núrriero de
· loi
mios,
y
vuelvo
á
v~r
á
este hijo por quien babia der–
ra-
/
/