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AÑO CHRISTIANO.
demos decir de María: será posible que siendo madre nues–
tra
y
nosotros sus hijos, pueda olvidarse jamas de estas
fa.
vorables circunstancias para dispensarnos sus
favores~
En
estas palabras se incluye una negacion enfática, que quiere
decir, que sería mas fácil
el
que se juntase el cielo con
la
tierra, que el que María santísima dexase de manifestar con
nosotros su patrocinio en todas las circunstancias de Ja vi–
da.
Tiende los ojos por todas tus necesidades , tanto espiri–
tuales como corporales: consulta
a
tu misma experiencia,
y
halJarás que ni vives, ni respiras, ni subsistes sino baxo
del
patrocinio de Maria. Quántas veces hubieras perdido
la
vida
entre las travesuras
e
inconsideraciones de
la
infancia
si esta Señora no hubiera manifestado ser tu madre velan–
do solícita sobre todos tus
peligros~
Quántas veces rodea–
do por todas partes de malos exemplos, instigado del de–
monio,
y
tentado de tu misma concupiscencia hubieras caí–
do en k>s mas feos
y
abominables delitos si María santísi–
ma
no
te hubiera contenido con el interes de
madre~
No
lo dudes• christiano: María santísima cuida de tu honor,
estima tu vida, procura tus ·intereses
y
felicidad como que
tú eres sti hijo
y
el
a
es tu madte. Esta verdad., que la per–
suade la razon, que la predican las Escrituras,
y
que la au–
toriza el mismo Dios, se confirma vigorosamente con tu
misma experiencia. Trae
el
la memoria en este instante las
enfermedades que has tenido en tu vida, los peligros de pe–
recer en que te has visto, las persecuciones que te prepará–
ron tus enemigos'
y
en que hubiéron de irse
a
pique tu hon–
ra y tu fortuna,. y
~allarás
que María santísima te Jibró de
todo,. te puso en salvo, exerció contigo su patrocinio,
y
se
portó como una Verdadera madre. Pero todo esto es nada
en comparacion del singular amor
y
esmero con que nos
protege
a
los christianos en la hora de la muerte: en aque–
lla hora terrible en que crecen nuestras necesidades
a
pro–
porcion que se aumentan las maldades
y
astucias del comun
enemigo
para
perdernos. María santísima como aurora bri–
llante disipa en aquel punto todas las tinieblas coD que
pre–
tende ofuscarnos nuestra conciencia mal segura por una par–
te,
y
por otra el demonio que intenta inducirnos
a
deses–
peracion. Ni cómo era posible que obrase de otra manera
una madre amorosísima quando ve
a
sus hijos en el mayor
p~ligro ~
Entónces
es
quando manifiesta
a
su hijo , rogando
por