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NOVIEMBRE. DIA

XIX.

319 ,

por los pecadores, aquel sagrado vientre en que estuvo nue–

ve

meses,

y

aquellos castísimos pechos con

que

se alimen–

su vida

morta~.

Entónces es quando representa

a

su hijo

la pasion

y

muerte

que

padeció por los hombres,

y

los ter–

ribles dolores que ella sufrió- al pie de la cruz para moverle

a

misericordia. Gózate ,

ó

christiano , con dicha tan inefa–

ble •

y

ya

que eres hijo de María, ponla con tus acciones en

la feliz necesidad de que manifieste contigo que es tu madre.

JACULATORIAS.

Serviámus semper tali reglnce Maríce, quce non dereliquit

sperántes in se.

Ven. Beda homil. de S. Mar.

Sirvamos siempre

a

una reyna como María santfsima,

que nunca desamparó

a

los que pusiéron en ella

sus esperanzas.

O Dómine quia ego servus tttus,

&

fílius ancíllte tute.

Salm.

115.

Dios mio! yo soy tu siervo,

y

al mismo tiempo hijo

de la

que se confesó tu esclava quando la elegiste

por

madre.

PROPOSITOS-.

E

N pocas cosas se necesita tanto cuidado

y

delicadeza

~

para precaverse de funestas conseqüencias como en

la

devocion que se tiene

a

María santísima,

y

en el modo

de practicarla. En el dia ha llegado

á

hacerse tan univer–

sal, tan comun

y

tan sumamente practicada esta devocion,

que se hace preciso avisar-

a

los

fieles

que en una cosa tan

santa pueden padecer graves riesgos. Pero éstos no nacen

de la devocion misma que por sí , por sus principios

y

por

su objeto es santa, piadosa, fructuosísima,

y

de los recur–

sos

mas poderosos que tiene un christiano para

~lcanzar

su

salvacion; nacen de la naturaleza misma de los hombres,

llevada por sí misma al exceso,

y

Aficionada

i

lograr gran–

des

empresas

a

poca costa. De aquí nace la vana confianza..

y

de aquí se origina tambien una multitud de defectos que

hacen las devociones no solamente infructíferas, sino mu–

chas veces dañosas. Por tanto, debemos procurar el patro–

cinio de María

sin olvidar aquella sentencia que nos manda

·

obrar

/