AÑO CHRlSTfANO.
al
mism0
tiempo acreditaba
la
importancia
del
santo
fin
porque habian emprendido
el
viage
a
la
corte de Roma:
Concedióles el papa ciertas
audiencia ;
y
h
hiendo
con–
sultado el negocio con
una
junta de obispos
y
cardenale ,
que formó para este asunto ., ex<iminado
y
aprobado el
pensamiento, quiso su santidad aprobar tambien
el
insti–
tuto
de aquella comunidad
-Y
poco
tiempo despues la
erigió
en
una nueva
religion
.-con
el título
de
órden d
la Samísima
Trinidad,
Redencion
de cautivos , cuyo
pri–
mer
ministro general
fué
notnbrado San Juan de Mata .
Volviéron
a
Francia Juan
y
FeliK donde admitíéroa la
donacion
qll(! se
les
hizo de
un corto espacio de
terreno
qu«:
se llamaba
Ciervo~frígido,
y
en
él
fundáron
el
pri -
-mer
convento, que se consideró .despues como el
prin–
cipal
y
máximo de ·
toda
la
religion. Habiendo
formado
San Juan
de
Mata la
regla
y
constituciones..
de
su
recien–
nacida
órden' ,
volvió
a
Roma dexando encargado
el
go–
bierno de Ciervo-frígido
y
de
toda
la
religion en Fran–
cia
a
nuestro
San
Felix,
su compañere
en
aquella santa
obra.
Multiplicáronse los conventos
por la
bendicion que
echaba Dios
a
sus trabajos ,
y
por
la
liberalidad de muchas
buenas almas que contribuían
con
sus bienes
al mayor
adelantamiento
de
la
obra del Señor. En
este
convento de
Ciervo-frígido
recibió Felix 'un
favor
muy singular de la
santísima
Vírgen.
La vispera de su natividad , ántes que
se
levantasen
los
frayles
a
maytines, velando el
Santo,
co–
mo
acostumbraba,
y
entrando
en
el coro, vió
en
él
a
la
reyna de
los ángeles con el hábito
y
cruz
de
la
ór–
den ,
despidiendo
brillantes
resplandores , acompañándola
multitud de espíritus celestiales en el mismo luminoso
trage.
Incorporóse FeliK
con
aquel
coro celestial,
acomL..
pañando con el corazon
y
con
la
boca las
alabanzas
que
todos cantaban al Señor. Un hombre
tan
favorecido
del
cielo parece
que
no
debia
estar mas t'iempo sobre la tierra;
y
así le
previno
un
ángel que se acercaba su
muerte :
no–
ticia gozosísima para quien el cielo, por decirlo así,
aca–
baba de aco tumbrar
a
la armonía
de su
música
divina.
E stando
para morir
el
padre convocó
a
sus queridos hijos;
y
habiéndolos exhortado
a
todos
a
la caridad con los po–
bres
y
con los cau tivos, lleno de años
y
de mere
imien·
tos '
pasó
de .esta vida
transitoria
a
gozar
de
la eterna
a