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AÑO CHRISTJANO.
oes ter
para
no dexarse abatir en
~la.
adversidad; pern. mu–
cho
mayor
se necesita
'para
sabe}se contener en la abun–
dancia :
la vida deliciosa es tGda precipicio; ha$ta de Ja
mismas guias
se
debe
vivir
coñ
rece10, porque
en ella todo
• adula, todo
daña. Es
ménos expuesto
el
estado
religioso
pero
no es ménos digna
de
temer -la seguridad• .
Si
las
pa~
siones ,estuviefan desterradas de
él
habría
méno~
peligro;
.pero Ilévanse aquellas
~ast~
el ·
mistno
santuario,
porque
cada qual
se
lleva
a
s1
mismo,
y
cada uno es
el
mayo r
enemigo
que tiene de sí propio,
el
mayor contrario de su
salvacion
que
debe temer. Todas es.tas son
unas
grandes
verdades:
pues
en ,qué se funda ·ta
f~t~l
seguridad con que
viven muchos, as·t en el
esta'do
reltgtoso cqmo en el secu-
1 ar?
'V
·despues
nos·
ádmi'ratémos·- de qu:e s'ea tan corto el
'númerd de ·
IOs .
escogi~os
!
· )
1
11·1
'
1
PUNTO SEG U N D O.
C
onsidera'
.qtte no ·se habla ah©!ra cle
1
'aquellos
peligros
claros; públicos
Y.:
noto'rios qüe
siempre
se presentan
a
cara descubiérta,. ni
' mas
•ni méhos
•chmó
son'
y
ntmca
acometen por sorpresa como bayles, espectáculos, tabla ·
gerías, conversaciones
libres,
diversiones emponzoñadas,
comunicaciones sospechosas, parcialidades
y
maquinacio–
nes.
:Basta
una ti.atura de
religion ' par4' i onocer
su
veneno
y
su malignidad.
1
Háb1:ase·tle
aqtieUp,s
peligros mudos, di–
simulados
y
secretos '
que
apénas alteran
a
·nadie,
y
de
los quales casi ninguno desconfia; siendo, tlo obstante,
escollos encubiertos en qtie
hace
·la iooceneia tristísimos
naufragios."
La
·gra~ia;
el · é:tonayte,
el
'chiste
1
y
tt>das aque–
llas prendas que hacen grata
y
amable•
a
una persona, no
son
el asilo mas seguro de
la
virtud.
·Acomódase' mucho
con ell as la
pasion
peligrdsa de
todas
para que no se nos
hagan
muy
sospecho ·as ; pero, sin embargo,
quién
es
el
que desconfia mucho de aquellas
prendas
':
Y
aquellas
in·
clinaciones demasiadamente naturales entre la gente
m·o~
za esta rán siempre exentas de todo
peligro~
iEsa'
habi–
tual tibieza en el servici9 de
Dios
que degenera
muy
presto
en fria ldad
y
en indiferencia: esa indev0cion '
ese
tédio
a
las cosas espiri tuales , esas freqüentes irreverencias, esa ne–
gligencia
en
la
mayor
parte
de tus obligacione , esa cos–
tumbre de murmurar
y
de
censurar,
te parece que en na-
da