NOVIEMBRE. DIA XX.
da de esto hay peligro que aventure la salvacion
~
Sin
embargo, todo ·esca es bien.ordinario en muchas perso–
sónas : ·no h'ay
co~a
mas comun que estos defectos en co–
dos los estados : y quién teme las conseqüencias que no
pueden ménos
de
ser
funestas~
Pero quántos peligros hay
tambien en esos perniciosos
libros~
Quánto veneno no se
contiene en ellos tanto mas peligroso, quanto mas escon–
dido y mas sazonadamente
preparado~
Y
qué será de esas
indecentísimas pinturas que introducen
la
muerte por los
ojos hasta el corazon , siendo sus
gol
pes mas mortales , por
lo
mismo que apénas se perciben las
heridas~
En medio de
eso todo esto se tie llie por
cosa
indiferente, aunque tarde
ó
temprano todo
dé
la muerte al alma;
y
no solo no se des–
con
fi.l
de estos peligros , pero nr aun t;t pénas se advier ten.
Buen
Dios, quántos
y
quá ntos se condenan
sin
temor!
Ah
!
y
con quánta razon nos exhorta nuestro apóstol
a
que
trabajemo-, con temor
y
con temblor en el negoc io de
nuestra salvacion
! Ah!
y
con quánta razon se ret iró San
Felix
a
un desierto, como lo hkiéron tambien tantos otros
Santos! Haced, Señor, que su exemplo me abra los ojos
para conocer los peligros que me cercan,
y
dadme vues ra
gracia para evitarlos.
J
A C U L
A
T O R I
A
S.
Llhera me de láqueo venántium.
Salm.
90.
Lfbrame ', Señor,
de
tantos lazos como por todas
partes
me arman los enemigos
de
mi salvacion,
Custódi me
a
láqueo, quem statuérunt mihi .
Salm.
140.
Defiéndeme, Señor,
de
las redes en que me
1D
•
quieren recoger.
PRO POS I TO S.
A
sombro es que conviniendo todos en los peligros de
nuestra salvacion, que por todas part es nos cercan,
.se viva, sin embargo, con tanta seguridad, y!sio
el
menor
temor en medio de esos pel igros. Es acaso la salvacion cosa
tan poca que no merezcan nuestro aprecio los r iesgos de
perderla~
O se .duda, por ventura , si hay verdaderamen te
peligros de la salvacion,
y
se tra ta el temor de ell os
de
pánico
terror~
No es esto ciertamente, sino el errado
con-