AÑO CHRISTIANO.
concepto que forma cada uno de que Jo que son peligros
para otros, no lo son para él. Figúra. ele tambieo que lo
que aun para él es de su yo peligroso, dexa d
, erlo por
su firmeza, por su fidelid d
y
por su particular va or. Tiene
cada qual tan buena opinion de sí mi mo, que se ima–
gina superior
a
todos los pelig ros. Qué error, mi Dio
!
Qué desva
ío !
Qué pre$unciop
!
Qué locura
!
No des en
semej ntes ilusiones. Por mas séria que sea tu voluntad y
por mas firme que te parezca tu ro olucion de resistir
ci.
las tentaciones, desconfia de
ti
mismo, huye con el ma–
yor cuidado de los peligros, haz continuamente centi–
nela contra tu propio·corazon: mira que casi siempre se
burla de los que se fian de él. Evita esas concurrencias
brillantes, huye de esos objetos peligrosos, desvíate de
esas conversaciones, ahoga , sufoca esas inclinaciones de–
masiadamen te naturales ; aunque todo esto te parezca
muy
inocente, ten por cieto que oculta mucho veneno.
~
.Quien ama el peligro perecerá en
él.
Este oráculo
es de la misma verdad. Si quieres evitar los mas impre–
vistos
y
los mas temibles , teme los mas ligeros. Sobre
.todo, has de tener una gran delicadeza de conciencia en
todas materias: nada te has de perdonar. El negocio de
la salvaciones delicado, es dificil, es muy espinoso. Nunca
sobran precauciones., ningunos medios' están de mas para
salir con
1
él. Por los peligros de la salvacion buscáron los
Santos abrigo
a
la inocencia en la soledad de los desier–
tos ó en el retiro de
lo~
claustros.;
y
aquellos
a
quienes
destinó D!os para que vi viesen en el mundo acudiéron
a
la oraciou
y
a
la continua vigilancia para no ser sor–
prehendidos por el tentador. Está continuamente muy
sobre ti'
y
haz particular reftexfon
a
las palabras del
Padre nuestro
:
No nos dexes caer en la tentacion, mas
líbranos de mal.
No te expongas
tú
mismo
a
ella por
li–
gereza, ni pór presuncion. La fuga de las e>casiones y la
oracion son los dos grandes
y
poderosos medios para bur–
larse de todos los artificios del tentador.
_,
DIA