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NOVIEMBRE. DIA XIX.

~93

graq_de consuelo tener en su compafiía

a

,sus-queridas Isin

trud1s

y

Guta, mas amantes

y

mas fieles

el,

su señora en.

tiempo de su desgracia, que en el de su mayór esplen-'

dor. Tambien la pidió Dios este sacrificio: costóla mucbo;

pero se le consagró luego que su director_, hombre illte–

rior

y

espiritual , la dió

a

entender que aquel a,p_eg9

era ,~

algun estorbo

a

la

perfeccion.

.

.

No podia ·ménos de ser

muy

po4erosa con Dios.

una·

virtud tan eminente. Vió en sueños una noche el triste

estado en que se hallaba la reyna su difunta madre: le-.

vantóse de la cama ..

y

púsose en oracion, pidiendo al Se-.

ñor por el descanso de su alma. Volvióse

a

acostar.,

y

en

otro segundo sueño se la apareció la difunta

rey

na,

y

la.

dió

gracias por

haberl~

librado

de

las pemrs

que

p~de.:

c ia ,

asegurándola

que

sus oraciones eran surnameate agra-.

dables

a

los ojos

de

Dios.

Vino

a

visitarla

un

caballero

j óven, llamado Bertoldo, de . yida muy estragada,,ry -que·

dó tan c.omp?ngida

a

vista de

.modestia

y

d~ ' l~a v!r~

tud

de

la prmcesa, qne

la

,tógo

Je

1

e~cainend~se

a

Dros

pifiéndole su conversion.

·Si hablas de vertu

y

¡C()n since·

ri'dad

(le replicó

~a

Santa),

hagamos oracion los dos.

Lue–

go que

el jóven

se

puso

en

oracion con la princesª' se

sintió enteramente mudado,

y

su , corazon tan penetrado

de un vivísimo dolor por sus. desórdenes pasados,.-; gue co

7

menzó

a

exclamar:

Basta,

·señora, basta:

oida.rr

,han..,

sida

del Señor vuestras oraciones;

y

despidiéndose .de

Isabel,.

t omó el habito

qe

San Francisco, pasando el resto de

SU$

dias en pobreza , en oracion

y

penit~ncia.

J . .

Muerta Isabel enteramente al mundo, solo:vivía en

el

amor de su Dios ,

a

quien jama.s

perdi'a

1

de

vista.

Era su

vida una continuada oracion,

y

su oracion. una..

contem~

placion elevada.

La

ternura

y

la confianza.

en - la santísi–

ma Vírgen era la devocion

de

su cariño, no acert :¡¡ndo

a

hablar de esta Señora sino arrebatada ·-de gozo ,

y

como

estática de amor. Quiso, en fin • premiar el cielo quanto

~ntes

una virtud tan extraordinaria;

y

habiéndosela apa-:–

r ecido Jesu -Christo, la convidó con

la

es-tanda

f~ l iz

de

los bienaventurados. Noticiosa del dia de su muerte, se

preparó para ella con renovacion visible de su acostum–

brado fervor;

y

aunque no

era

grave, al parecer,

la

en–

fermedad que

sen

tia,

quiso redbir

los

santos Sé\Cl'amentos,

.

Tg

~