NOVIEMBRE.
DIA
VII.
111
q.ueun fantasmon de christiano
ó
u1!
:eligioso_de
perspe~tt
va. No nos hace
1
ya obrar. el eaptrttu de Dios:
el
·hom–
bre solo es el que regla toaas sus operaéiones, y el que
\J~s
anima. Pero si totalmente son
hij~s
de Dios aquellos qtfo
obran en todo por el espíritu de
Dios,
serán muchos los
hijos de este Padre
celestial~
X
si la herencia está desti–
nada únicamente para los hijos, que legítima tocará
a
la
mayor parte de los
hombres~
Claro está que cuesta
a
la
naturaleza esto de ser
fiel
a
los impulsos de lA gracia. Cla–
ro está que es menester luchar .continuamente contra el
hombre para seguir con fidelidad los m©vimientos del es–
píritu de Dios. Pero qué mayor gloria, qué mayor consue–
lo , que el título de hijo de Dios , frt.Jt.P
h~esario
de esta
const~nte
fidelidad
~
A
la
bond,ad de Dios: pertenece
~
\i'i–
gorar nuestra flaqueza con la impresion de su espíritµ,
y
a
su sabiduría prepararnos estos refuerzos sin dispendio de
nuestra libertad. De esa manera nos. dexa el mérito .de
las buenas obras,
y
él conserva la gloria de ser ama–
do y servidQ ,por. nuesira propia .ele.c;cion.
A
los · judíos
los trató el
Señor
cot;n9 siervos .,
:de ~
quienes enf todo caso
queria hacerse temer. ;
pero~ lQ~ ~bri~tianos ¡_}e$
trata·._co•
mo
el
hijos, de quienes principalrn·ente pretende .hacerse
amar. Parece que nos permite olvidar aquellos títulos su–
yos que representan su magestad, su grandeza
y
su poder,
porque no nos inspir<asen quiz4 un i¡espeto demasiadamen–
te tímido y cobarde, para que
~olq
nos acordásemos del
amoroso dictado de padre: amabilísima qualidad que nos
asegura bien de su amor,
y
le merece
bien
el nuestro. El
testimonio que aquí da el Espíritu santo, es el de la buena
conciencia: No hay otro ménos sospechoso ni de mayor
consuelo.
A
la verdad, Señor, miéntras vivo en este. mun–
do , no puedo estar plenamente segtuo de que soy «del
•nú~
mero de vuestros hijos; .pet:o el desasosiego y ·la inquietud
que me cau
a
esta misma duda, no dexa de ser prueba de
que
os
amo
y
de que soy vuestro.
El e'Dangelio es del cap.
1
2.
de San Juan-.
·
JN
illo témport:
Dixit
Jesu1
turbis:
Adhuc
módicum,
lu–
men invobis est. Ambulate dum
/u-
E
N aquel .tiempo, dixo Jesus
a
las turbas: todavía estácon
vosotros la luz por poco tiempo..
,
Ca-