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AÑO CHRISTIANO.
DIA
SEPTIMO. -
.
'
San·
Florencia, obispo
y
.C.onfesor.•
•
..
!'í
F
UÉ San Florencio
'un
hombre distinguido por
su
na–
cimiento; pero mucho mas por el desprecio que hizo
de las honras
y
estimaciones del-mundo. Embebido. en el
espíritu de
la
religion christiana, que es espíritu
d~
hu–
millacion
y
de muerte , aborrecía la vanidad del siglo ,
' y
miraba con horror los gustos
y
las viciosas ínclinacionei
de la naturaleza. Pero siendo dificultoso vivir en medio
del
mund-0,
y
no
dexar~e
llevar de la corriente: estar en–
tre los hombres,
y
no seguir las ideas populares:
p~ofe
sar
la
sabiduría del evangelio, donde
es
qias dominante
la sabiduría mundana, escogió Florencia el partido mas
seguro,
qu~
es sin duda el de la religion. A ella, por de–
cido así,
como que se
ha
retirado la perfeccion del chris–
tianismo '
y
en ella se puede profesar la virtud
a
cara
desct.Jbierta. Llevóle la inclinacion el retiro de los
claus–
tros,
y
fuese
a
ene.errar en ellos. E ligió la religion de
SaQ Benito para consagrarse
a
Dios. Esta sagrada órden
no
,está tan únicam
ente dedicada al exercicio de la con–
templacion
y
de la
soled.ad, que alguna vez uo permita
taracearle
o
alternarle tambien con ·
el
ministerio de la .
predicacion. Sabiendo Florencio que tres monges , . Arbo–
gasto, Teodato
e
Hidulfo habían resueltp seguir esta.
vo–
cacion con 'el ·
fin
de ganar almas .· para Jesu-Christo, se
asoció
a
ellos en ·el
m~nis te rio
apostólico,
y
pasó
a
la
Al–
sacia, donde hizo muchas conversiones. ·p 2ro siendo es–
trecho aquel campo
a
l a dila racion · de
su
ze]o,
se
ex-ten-
. dió tambien
a
las p'rovincias
com~rcanas,
fecundando abun–
da~temente"
la.5 dichosas tierras que regó con sus zelosos
,
sudores,
y
cultivó con sus apo tólicas
fati~as.
Por este
tiempo
fué
nombrado
San
Arbogasto para
el
obispado de
Strasburgo, con cuya ocasion se retiró San F lorencio al
bosque de Hasl en ,
y
en él se dedicó .
;i
la vida solitaria.
Ocupábase
pfincipalmente
en· la oracion, la
que
solo in-
ter-