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.

AÑO

CHRISTIANO.

acciones,

y

nuestras palabrps deben ser eficaz preservati-.

vo contra la corrupcion. Y siendo esto asi, nos contenta–

rémos con una devocion insulsa, insípida,

y

sin

gusto~

,

La vida de los Christianos debe ser vida de Santos,

porque en el Christianísmo no hay dos Religiones, ni dos

reglas de costumbres. Desengañémonos , que una vida que

no es exemplar , no es christiana. En qualquiera estado

que -se viva' se debe el buen exemplo al público'

ya

los

hermanos.

Mi Dios , quánto tengo que acusarme en este ptmto

!

y

qué terrible cuenta tengo que daros! Pero, pues vuestra

infinita miser icordia me ha hecho conocer mis descaminos,

dadme gracia ,.

y

dadme tiempo para enderezarlos.

PUNTO SEGUNDO.

C

onsidera quánto aprovecha' quánto alienta

a

los

de–

más el buen exemplo. No hay atajo mas breve,

no hay medio mas eficáz , no hay eloqüencia mas per–

suasiva para reformar las costumbres agenas, que la edi-

._ ficacion de las propias.

·

·

·

Qué bienes no produce en la Corte ,

y

en toda

úna

M<?narquía la exemplar piedad de los Grandes

!

Qué

fervor no encienden en una Comunidad los buenos exem–

plos de un Superior

!

Qué inclinaciones tan perversas po-·

drán resistir

a

las costumbres piadosas ' y devotas de un

padre, de una madre de familias! El genio mas indÓ:–

mito , el corazon mas mal inclinado , las pasiones mas

violentas' todo cede

a

una modestia '

a

una piedad cons–

tante , que guarda conseqüencia , que en nada se desmien–

te. El buen exemplo domestíca los

natural~s

mas fero–

ces. Quéjanse los . padres de las malas

inclinacion~s

de

los hijos ; y no tendrán los hijos corazon para quejarse

de los malos exemplos de los padres?

Qué fuerza no tiene e}l el corazon de una doncelia

la modestia , la devocion , la piedad edificativa de una

madre que perpétuamente tiene delante de los ojos-? Ha–

gamos juicio de esto por los fatales efectos que cada

día produce el mal exemplo. Son los buenos exemploS'

unas correcciones mudas , pero vivas , pero picantes , de

los desórdenes que cometen los imperfectos. Ninguna

cosa

cqbre

de.tanta vergiienza , de tanta CQnfusion

a

r os .

súb-