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AÑO
CHRISTIANO.
Vendrá tiempo,
dice el
A
postol,
en que los homb1·es
no.
podrán
llevar
en paciencia la doctrina sana
y
buena.
No
habrá llegado ya este tiempo por nuestra desgracia? No
estamos ya en un tiempo en que los hombres , llevados
de ·una vana curiosidad ,
u
de un espíritu de relaxacion
mal encubierto, andan buscando Maestros sobre Maes–
tros , hasta encontrar con alguno que les hable al pala–
dar de sus deseos ? Desdichado el enfermo que no bus–
ca quien le cure , sino quien le lisonjeé. Acab no podía
ver al Profeta Miquéas, porque siempre ·le pronosticaba
cosas tristes. Solicítanse Confesores cómodos , francos
y
contemplativos ; húyese de un Director rígido
y
exacto,
como si nuestra Religion , que no admite mas que una
fé, pudiera admitir dos doctrinas. Quat rocientos Profe–
tas prometen
a
Acab una completa victoria
(a);
y Mi–
quéas incurre en la desgracia del Rey , porque le pronos–
tica
su
ruina. Dase la batalla , y queda Acab muerto
en el campo. Esto es lo que ganan aquellos que busC'an
Teólogos que los adulen. El carácter de la doctrina ver:–
dadera es la mortificacion de las pasiones. Convengo en
que esta doctrina no es muy del gusto del mundo; pero
por eso dexará de ser doctrina de Jesu-Chri sto? Y sobre
todo qué se va
a
ganar en seguir, y en gustar las má–
ximas del mundo? Camínase
a
la perdicion por un con–
tento fugáz y pasagero :
Gustávi páululurn
mellis,
dice
Jonatás,
&
ecce rnórior (b).
Este es el fruto de esas
li–
sonjeras direcciones , qne intentan componer la vida chris–
t iana con la vida inmortificada.
Qué cosa mas digna de compasion, que negar
muy
de
intento los oídos
a
las voces de la verdad , por conce–
derlos
a
los
a ~ t íficios
de Jas
fábu~as ~
Y qué otra cosa
hacen todos los que están fuera del gremio de la Santa
Iglesia Católica
Romana~
Aquellos que no . se rinden
él
las decisiones Pontificias, pronunciadas por el Oráculo in–
falible de la Iglesia , únicamente por dexarse gobernar
de su capricho ' hacen mas que huir de Ja verdad
a
le–
t ra _v ista ,
pr~firiendo
su dictámen al del mismo Jesu–
<.;hnsto , n:an_1festado al mundo por la voz de su Vica–
r10 ?
Y que diremos de esta dureza ? Que igualmente na-
ce
(a)
3.
Reg.
'2'2 .
(b)
1 .
R eg.
14.