DEVOTOS.
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cer un viage, creyó que el tiempo la mudaría,
y
que Dia
IV.
á
su vuelta la encontraría mas dócil: nuestra Santa
en este tiempo pidió
á
su padre que mandára hacerla
en lo mas baxo de la torre un baño para su uso. Con-
sintió Dióscoro en ello, no atreviendose
á
negar co-
sa alguna
á
su hija ; ella misma trazó 'el plan,
y
su
padre mandó
á
los albañiles que hicieran quanto an-
tes la obra. Habiendo partido Dióscoro, nuestra San..
ta dió priesa
á
los obreros ; pero lo que queria, no
era un bailo, sino una Capilla; mandó hacer en ella
tres ventanas , que
á
falta de imágenes la represen..
taban el misterio de la Santísima Trinidad.
Habiendo vuelto Dióscoro de su viage, corre
adonde estaba su hija, la abraza,
y
no dudando que
hubiese mudado de sentimientos sobre el partido
que la habia propuesto , la pregunta si permanece
siempre resuelta á no admit ir el casamiento.Nuestra
Santa le responde que la ternura con que ama
á
su
padre no
la
permite apartarse de él, para pasará
la
casa de un esposo. Vos, padre mio, sois ya
iejo, le
dice con un tono tierno y afeétuoso ; p rmitid que
cuide yo de vuestra vejéz. Dióscoro enternecido,
y
emb lesado de una respuesta tan oficiosa y tan
obligatoria,
no
la habló mas de casamiento ; pero
imaginando que la soledad en que había ct iado
á
su
hija , fuese la causa de
lo
di gustada que estaba
del mundo , determinó ponerla en su casa, y ha-
.cerla tratar con roda e pecie de gentes.
La anta sintió vivamente d xar su soled ad; pero
instruida por el Espíritu Santo,
y
forta.lecida con
la
gra
ia, determinó hac rse un redro interior en el
fondo del corazon , en donde esperaba no perder
ja~
,
mas