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.DEVOTO S.
99
NO
TA.
,, Estando San Pablo en Roma, e cribió esta se–
" gunda Carta
á
su querido Timotéo, no solo para lla–
" marle
á
sí , sino tambien para alentarle en las penas
"Y trabajos del ministerio,
y
en las persecuciones
á
,, que estaba expuesto contínuamente.
REFLEXIONE
S.
N
O
son las grandes Sillas las que hacen grandes
á
los Pontífices; así como no son siempre Jas
acciones mas brillantes las ·que forman
~os
mas gran–
des Santos. Pero quando estas luces puras,. vivas, ar–
dientes están puestas sobre los mas altos candeleros;
quando la virtud mas heróyca
y
mas purificada se
en~
cuentra en los primeros puestos; ¡qué efeélos tan ma....
ravillosos los que de aqui se siguen! Todo es felici–
dad entonces , todo es prodigio. Todos los Prelados
deben ser indispensablemente por su sagrado caráB:er
la sal de la tierra
y
la luz del mundo.
La
pureza de su
doB:rina, sostenida
y
hermoseada por la integridad
de sus costumbres ,
y
por el resplandor de sus buenos
exemplos, debe servir de triaca contra el error,
y
de
remedio
e:ficáz contra el contagio. Del Pastór
esperan
las ovejas
su
alimento,
á
él
le
toca
conducirlas
á
los
pastos sanos
y
saludables; ¡pero qué bienes no hacen
los Prelados que ocupan las primeras Sillas , quando
su santidad
y
su mérito corresponden
á
la eminencia
y á
la superioridad de su gerarquía
!
Quando los
pri–
meros Prelados son los mas santos, quando estos pri–
meros Astros
na
tienen sino una l uz ura ,
¡qué in–
fluenciai
tan
saludables no derraman sobre todo el
Pp4
mun-
Dia XXXI.