DE VOTOS._
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tisrno ,
quando desapareció la lepra,
y
su alma que-
DiaXXXI.
dó enteramente limpia de toda mancha,
No se puede decir qual fue eu esta. ocasion el
gozo del Emperador , y los clamo.res de a.legría de
todos los Fieles. Su ternura
y
su veneracion
á
San
Silvestre fueron extremas desde este dia; le miró
siempre como
á
su Padre en Jesu-Christo, y le ve–
neró como
á
su maestro, Constantino , todavía mas
grande por su piedad
y
su zelo por la Religion ; que
por las viét:orias que habia conseguido sobre todos
los enemigos del Imperio, empleó todos los oc;ho
dias que llevó el hábito de Neófito, dicen sus Aétas,
en hacer Leyes
y
Ordenanzas dignas del primer Em–
perador Christiano Dirigido por San Silvestre em–
pezó anulando todos los ediétos hechos por los Em-.
peradores Paganos contra los Christianos,
y
publi-.
có muchos en su favor , para el establecimiento y
la.
gloria de la Religiou christia a , cuyo libre exf!rci–
cio estaba ya establecido en todas partes, mandando
_al mismo tiempo abolir en tod:is partes las supersti–
ciones paganas. Se demolieron los Templos de los–
ldolos en
roclo
el
Imperio ,
y
se edificaron sobre sus
ruinas en Oriente y Occidente Templos consagrados
al verdadero
Dios;
de modo, que puede decirse , que
si el gran Constantino fue
el
instrumento de que se
sirvió Dios para hacer triunfar la verdadera Reli–
gion, San Silvestre fue como el alma de todas estas
gloriosas hazañas. Movió al Emperador
á
edificar
la
magnífica Basílica del Salvador,llamada San Juan de
Letrán.,
y
la de los Apóstoles Sao. Pedro, y San
Pa–
blo, la que este Príncipe enriqueció , dandola mu–
chos tesoros, despues de haberla asignado rentas su-
Pp
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