,Diciembre.
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EXERCICIOS
DJA TREINTA Y UNO.
f
San Silvestre
,
Papa.
·SAN
Silvestre, destinado por Dios para los prime-
ro5
dias serenos que vió la Iglesia, libre ya de
aquella multitud de peTseguid.ores, que la habían
he~
ch0 gemir por espacio de mas de trescientos años,
y
viendo
en
el
número de sus hijos al mas grande
y
mas poderoso Emperador que hahia habido hasta
-en ton.ces en el mundo; San Silvestre, digo, era Ro–
mano, hijo .de Rufino, de una familia opulenta ,
y
· que
hacía .en
Roma uno de los primeros papeles. Sus
·· padres ·eran Christianos,
y
juntaban
á
su zelo por la
fe una probidad
y
una caridad exemplar.
U
no de sus
primeros cúidados fue dará su hij() una bella educa–
c ·ion,
é
inspirarle desde la cuna
el
amor
á
la virtud
-cbristiana. Conociendo de quanta conseqüencia es
par.a
un
joven el tener Maestros hábiles
y
virtuosos,
le dieron por Preceptor
un
santo. hombre llamado
Cirino
~
llllO
de los mas hábiles
y
mas piadosos
que
habia .en el Clero de Roma.
El
bello natural del joven Silvestre, lo despeja..
do de su espfritu, su docilidad
y
su agrado abrevia–
ron mucho las lecciones del santo Sacerqote.
LQs
progresos que hizo en las letras , especialmente en
la ciencia de la Religion, por mas pasmosos que fue–
sen, no fueron inferiores los_que se le veía hacer cada
dia en la virtud ,
y
en el exercicio de las buenas
obras.