EXERCICIOS
piciembre. ver jamás volver ningun dia, ni una sola hora de to–
dos
ellos. Los é!ños pasados están pasados,
y
nunca
vuelven. Este número de dias, de semanas, de me–
ses y de años son aquel tiempo precioso,. dado por
Dios
á
cada uno de nosotros únicamente para obrar
en ellos nuestra salvacion ; son propiamente aquél
talent0· mul tiplicado, ó
á
lo menos tmmeroso , segun
plugo·al Padre de familias, con que
es
menester ne–
gociar,.
y
de que necesariamente se ha de dar cuen–
ta. Aunque nuestra vida hubiese
d~
ser de las mas
largas; ha
y
una hora , que debe ser la postrera, des–
pues de la qual ya no hay mas tiempo:
Et tempus non
erit ámplius.
Desde que estamos en el mundo, no ha
habido un año que no haya sido el último para mu·–
chas gentes, que se prometian todavía otros mu–
chos..Y éste que acabamos, terminará la carrera de
muchos, que no verán el primer dia del año próxi–
mo. Este año acaba para nosotros , como para todos
los otros.
i
Qué pesar, buen Dios, qué dolor, para
todos aquellos, que quizá han perdido todos los dias!
¿,no tengo yo nada que reprehenderme sobre este ar–
tículo~_ He
aqui que he llegado al fin de este año, cu–
yos dias debia haberlos empleado todos en obrar mi
salvaciofl.
~
Quántos de estos dias he empleado en es–
te grande., en este importante
y
único negocio? He
trabajado mucho por el mundo;
~pero
he ganado
muc ho para el
Cielo~
y
si nada he hecho para la eter–
nidad , he aqui un año todo perdido.
i
Quién me ha
dicho que mi salvacion no
es~aba
ligada al buen uso
que debia hacer de este
año~
iQ1:1ién puede asegurar–
me que no dependia mi salvacion, de mi fidelidad
á
las gracias que Dios me ha dado en el
discu.rso ~d~
es-