DE V .OTOS.
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hecho sufrir,
y
tengais
á
bien darme algun alivio €n
Dia
XXX.
el insoportable dolor que padezco. San Sabino le res-
pondió, que. si quería creer en Jesu-Christo,
y
ha-
cerse bautizar con tóda
su
famitia, al punto -queda-
ría perfettamente sano. Venustiano aceptó el partido;
y
arrojando al rio los pedazos del ídolo de coral que
nuestro Santo habia roto , le ·pidió le instr'oyera en
la fe,
y
al instante se halló curado,
y
recibió el Bau-
tismo ;
su
muger
y
toda su familiá participaron de la
misma dicha ; lo que habiendo venido
á
noticia del
Emperador, mandó que,
ó
negasen al instante la
fe
de
J
esu-Christo,
ó
que se les cortase á todos la ca-
beza. Su constancia en la ·
fe
hizo de ellos otros tan-
tos Mártires;
y
Saa Sabino tuvo el dulce consuelo de
ver
á
este dichoso esquadron coronado antes que él
cen
la
·diadéma del martirio.
Lúcio, sQccesor de Venustiano en el cargo del
Gobierno, hizo le conduxeran
á
Espoléto
á
San Sa–
bino ; le instó fuertemeste
á
que se sometiera
á
la
voluntad del Emperador ; pero viendo que así sus
promesas como sus amenazas eran inútiles , le hizo
azotar con látigos forrados de plomo, cuya orden fue
executada con tanta barbárie, que el Santo
~spiró
en..
tre los golpes. El fylartirológio Romano
pone
4
este
glorioso martirio el dia treinta
de
Diciembre. Su san.. .
to cuerpo fue llevado durante la noche por la virtuo–
sa Serena, la que le enterró
á
media legua da la Ciu–
dad,
y
con él las manos que habia conseguido por
dinero,
y
habia embalsamado. Con el tiempo se edi–
ficó
una magnífica Iglesia sobre su sepulcro ;
y
mu–
chas Ciudades de Italia se glorían de tener algunas
porciones de sus reliquias.
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