DEVOTOS.
y
-máx~mas
de
la
Religion chris tiana, siendo ella Dia XXIX.
misma
el
exemplo de las señoras c hristianas.
De ella
con especialidad aprendió Tomás á honrar con
ter-
nura
á
la Santísima Virgen ,
á
quien
h1zo
escogie-
ra por su singular Patrona , y de quien fue tan de-
voto toda su vida.
El joven Tomás sacó del vientre de su madre
las mas bellas partidas, las que fueron cultivadas con
una dichosa educacion. Tenia un entendimiento vi–
vo y despejado, un juicio sólido, y una memoria, que
conservaba tenázmente quanto se la confiaba. Su
ayre,
su vivacidad,
sus
modales
se
llevaban trás
sí
á
todos. Vuelto su padre del segunda" viage de la Tier–
ra
S~nta
, le puso de pensi0nista en un Monasterio,
para formarle en los principios de la Religion ,
y
en
.
los exercicios de la piedad-christiana. Hizo alli tantos
progresos en la virtud , como en las letras humanas,
en
las quales salió muy hábil. Era el honor
y
la glo–
ria de sus Maestros , y daba
á
conocer lo mucho que
se aprovechaba de los cuidados.. que empleaban en
su educacion, quando perdió
á
su padre y
á
suma–
dre casi
á
un
mismo tiempo.
A
los veinte y
un
añ0:S
de edad se vió abandonado
á
sí mismo ; pero sin
embargo de los malos exemplos que veía , supo usar
bien de su libertad. Fue
á
ParÍs á continuar sus
es–
tudios,
donde
se
distinguió, especialmente en la cien...
cia del derecho.
Sus padres
le habían dexado
muchas
vrttudes, pe–
ro pocos bienes. Habiendole tomado nn
Sefior
prin–
cipal por su Secretario, quiso que le acomp:iiLfra en
todas sus diversiones. La caza fue donde
ma~
gusto
hallaba; pero Dios hizo un milagro para sanarle
de
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es-