EXERCICIOS
Diciembre. nes víéHmas, ni en los gritos y lágrimas de sus ma–
dres , ni en la desolacion lamentable del pueblo. El
deseo de hacer morir al Salvador del mundo le ha–
ce atropellar por toda justicia , por todo sentimiento
de humanidad , ¡prudencia humana, qué insensa–
ta eres , quando quieres ir contra los divinos con–
.sejos
1
Por poco que Herodes hubiera reflexionado,
tno hubiera comprehendido la necedad que era pre–
tender hacer inútiles los decretos divinos , haciendo
morir al que venía para darnos la
vida~
Pero no hay
cosa
que
ciegue mas que la
pasio~.
Este Rey bárba–
r o hace degollar un número prodigioso de niños,
sin envolver en esta horrible matanza al que busca;
¡pero qué dicha la de estos Inocentes! Este impío
Tirano se hace el oprobio y la execracion de todo
el Universo, y procura
á
estas inocentes víB:imas una_
gloria eterna. Los hace los primeros Mártires del
Salvador, y los únicos que mueren por Jesu-Christo
recien nacido ; su sangre
y
su muerte dan un testi–
monio el mas ruidoso del Mesías. Tambien nosotros
podemos sin hablar dar un testimonio en su favor
con nuestra modestia , con nuestra santidad y nues–
tFa inocencia. Nada ensalza
mas, nada
hace mas glo–
riosa nuestra Religion , que
la
pureza
de nuestras
costumbres.
P U N T O SE G UN D O.
Onsidera la desolacion
y
estragos que
hace
en
una alma una pasion v iolenta. La ambicion , el
temor de perder un Reyno ciegan de tal modo
á
He-.
rodes, que se dexa llevar
á
los últimos excesos de
,,
ra~