á
a
DEVOTOS.
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,,fo
que ha de suceder
á
lá Iglesia en toda la série DiaXXVIII.
,,de los tiempos ; esto es , desde su establecimien-
"to en la tierra, hasta su triunfo en el Cielo. De
,,suerte, que se ven en este libro los combates que
,, ha de tener ,
y
la gloria con que han de ser co-
" ronadas sus v iétorias.
RE F
LE
XI ONE
S.
'
'
.
L
A inocencia es
el
mas bello adorno del alma;
Dios no tiene sus complacencias sino en los co–
r azones puros
y
en las almas inocentes. La pureza
a rrebata ácia sí el corazon de Dios. Bienaventurados
los l impios de coraz011, dice el Salvador, porque ellos
v erán
á
Dios. Esto no se entiende solamente en el
Cielo ;
á
las almas castas gl)sta
Dios
eomun icarse
desde esta vida, dandolas la inteligencia de los mas
·sublímes misterios ·,
y
de lo mas arcáno que hay en
la divinidad. La
fe
es obscura , es verdad ; pero para
quien lo es sobremanera , es para esos corazones
corrompidos, para esas almas sepultada§ en la carne,
para esas almas, á quienes el deJeyte embrutece,
y
á
quienes el placér hace totalmente terrenas. Pero
las luces de
la
fe
entran fácilmente
á
alumbrar un
corazon esento de esas espesas nieblas , de esoi va–
pores impuros
y
ma lignos , que exhala la corr up–
cion. La impu reza ofusca los ojos del alma, apaga la
luz sobrená tural de la g rac ia,
y
dexa el espíritu
y
el
corazon en una e panto a noche.
t,
De dónde han na–
cid esas re ol uciones pasmosas
y
r pentinas, que ha
ha bido en mate ria de r el igion
~
Há dos ientos años
que l a
te
christi ana e
raba
tan fiore,ciente en esas
R gion s aforrunadas , en dond re piraba la senci-
lléz,