EXERCICIOS
¡)iciembre. dido coronar
á
los que murieron por
é1:1. .--
~
,
Algunos han sido de parecer , que el número
d~
estas inocentes víttimas ascendia
á
ciento quarenta
y
quatro
mil,
fundados en que San Juan en su Apoca-:–
~ípsi,
hablando de las almas inocentes
y
castas que si-.
guen al Cordero á'qualquiera parte que vaya , pone
este número. Pero
el
erudíto Salmerón en sus Cqmen...
tarios dice, que fueron catorce mil;
y
añade , que los
Christianos de Etiópia, llamados los Abisinos, seña..
lan este
número en el Cánon
de
la Misa. Genebrar–
do dice
asimismo~
que los
Gri~gos
señalan este mis–
mo
número en su Kalendario ,
y
ésta opinion es
ma~
probable.
Estos s·antos niños sacrificados de este modo al
furor
y
á
los zelos de un Tirano, que pretendía ven–
garse en ellos de un Rey que creía haber nacido para
quitarie
la
corona , han sido mirados siempre
en
la
Iglesia como verdaderos Mártires de Jesu-Christo.
La
Iglesia solo nos advierte, que dieron testimonio
en
favor
de la verdad, no por el órgano de la
pa-.
labr~
, sino por
la
efusion de su inocente
~angre;
tambien
nos dice en
sus
Oficios , que murieron úni–
camente por
la
causa de Jesu-Christo;
qtJe
se inten–
tó hacerlos morir en su lugar,
y
que se creyó qui–
tarle la vida
á
él.,
dego1landolos
á
ellos. San
Iréneo~
ensalzó.la9loria de su martirio con t:inos el6gios los
mas pomposos;
y
muchos cr,een, que su Fiesta se ce–
lebraba
ya
en tiempo de los Apóstoles:
Bene ergo
&
secúndum voJuntatern Dei Sancti .Patres eórurn me–
móriam
celebrdri mandavérunt sempitérnam.
E$te
pasage se encuentra en las I-Iomilías atribuidas
áQrf–
genes.
Como se ignora el dia de su muerte,
la
Iglesi~
1,
·
ha