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EXERCICIOS
Diciembre. Oficiales que las executáran so pena de · a
vid~;
en
conseqüencia de esto se repartieron por todas las
Ciudades, Villas
y
Aldéas, Compañias de soldados,
sin que se supiese
á
que fin se hacía este nuevo re
par~
timiento de tropas.
Se
publicó al principio , que el
Rey queria saber
á
punto fixo los nifios varones de
dos años abaxo que babia en aquel territorio. Luego
que
se supo el número,
y
quantos babia en cada
fa–
milia, los soldados tuvieron orden de degollarlos
á
todos , sin perdonar
á
uno solo ,
y
esto so pena de
la
vida. Esta orden bárbara se executó con la ma–
yor exaB:itud '
y
el mismo dia en pocas horas
fue–
ron sacrificadas todas aqueUas inocentes vít1imas. El
número fue muy crecido, no solo en
B ..
.Jén , sino
tambien en todas las Ciudades
y
pueblos vecinos.
La
sangre corria
á
arroyos; no hubo casa ni choza'
q
lle
no fuese un lugar
de
suplicio , rociado con aqudla.
sangre inocente.
San Gregario Niséno
y
San Agustín emplearon
toda su eloqüencia en pintarnos la crueldad de los
soldados en esta horrible execucion; los gritos la–
ment ables de las madres que miraban arrancar de su
seno
á
los que poco
antes
habian dado á luz ;
las
cruéles heridas de los niiíos que eran despedazados
inhumanamente, antes que hubieran podido cometer
algun delito; finalmente, la gloria de su muerte
y
de
su martirio, pues morian, no solo por Jesu-Christo,
sino tambien en Jugar de Jesu-Christo. Estos niños
son degollados en lugar de Jesu-Christo,
dice
San
Agustin,
y
la
inocencia logra
la
dicha de morir por
la justicia:
Occidúntur pro Christo párvuli, p ro j us–
t it ia móritur innocéntia.
Son
las
flores de los
MJ rtí-
re.s,